Diez sesiones de espiritismo y ouijas en el cine

Este fin de semana se estrena Ouija. Fue un número uno inesperado en la taquilla norteamericana y nadie se explica el secreto de su éxito. ¿Quizá es porque todavía hoy nos atrae jugar a ese tablero prohibido? ¿Será que aún creemos en su poder? Menos mal que el cine nos avisa a menudo de las consecuencias de reunirse y tratar de hablar con los espíritus. Estos son algunos ejemplos.

10- Los Intrusos (1944)

Una de las primeras películas que incluyeron una sesión de espiritismo real. No por casualidad, también es de las primeras con casa encantada. Rodada en la década estrella del noir, el poso de historias como Rebecca respira en cada uno de los fotogramas de su elegante blanco y negro. En la escena de la sesión utilizan una ouija improvisada con un vaso de vino y letras recortadas. Ya aparecían algunas de las señas características de estas reuniones: misteriosas corrientes de frío y olores, apariciones y trances con muertos hablando otros idiomas de la boca de los participantes.

  

9- Espiritismo (1962)

Una de las películas de terror mexicanas más curiosas de su época. A veces, funciona más como uno de esos antiguos vídeos educativos que prevenían de los accidentes caseros que como un filme de horror. La diferencia es que aquí avisa del peligro de jugar con tableros de ouija, dando por hecho que en el mundo real toda esa magia existe. Entre el drama de la maldición que asola a la familia protagonista hay varias secuencias de espiritismo muy atmosféricas y en el último tercio se convierte en una adaptación del relato La pata de mono.

  

8- Plan siniestro (1964)

Una mujer que pierde a su hijo y que cree tener poderes decide, convenciendo a su marido, secuestrar a un niño para dar pistas sobre su paradero durante sesiones de espiritismo, con el objetivo de ganar prestigio como médium. Un filme de crimen y drama con el ocultismo como trasfondo. Aunque la ambigüedad asome tímidamente, Plan siniestro trata sobre la manipulación y el viaje a la locura de su protagonista. Un estudio sobre la dificultad de separar la maldad de la enfermedad a través de la progresiva decadencia mental de la patológica pareja y las dramáticas consecuencias de su plan.

 

7- El exorcista (1974)

Telequinesis, caminar boca abajo, pústulas en la cara, rotar la cabeza 360 grados, masturbarse con crucifijos, levitar y hablar en lenguas muertas con la voz de Mila Ximenez en la peor de sus resacas…Y todo solo por un ratito de juego con la ouija. La pequeña Regan se hace amiga de una entidad llamada “Capitán Howdy” y el resto es historia. Aunque todos conozcamos la película fundacional de las posesiones demoníacas y exorcismos no se nos debe olvidar que, en el fondo, es una gran advertencia: no contactes ni converses con espíritus o acabarás vomitando puré de guisante.

 

6- Retorno desde la quinta dimensión (1978)

 

Siguiendo con la moda de las posesiones de los setenta, surgieron cosas raras raras como esta. Una mujer detecta un tumor creciente en el cuello que resulta ser un feto. Como los médicos flipan en colores y no dan con el diagnóstico preciso, la pobre recurre a sus amigos videntes para que le organicen una siempre esclarecedora sesión de espiritismo. En esta aparece una pringosa cabeza de un indio en medio de la mesa y después hay explosiones, rayos y vientos siniestros, lo que les hace razonar que, efectivamente, el mal debe estar causado por algún espíritu maligno.

 

5- Mensajes del otro mundo (1985)

Un raro ejemplo de película donde practicar con la ouija no es tan malo. Es esta ocasión, la tabla ayuda a Laura, una guapa jovencita, a través de mensajes desde el más allá. Lo que ocurre es que la anterior usuaria del tablero fue asesinada y ahora le manda pistas y advertencias a la nueva dueña para evitar que el mismo asesino también le alcance a ella. Filme muy desconocido y estrenado sólo en televisión, es un raro ejemplo de cuando las películas hechas para el medio catódico poseían suspense y calidad a pesar de sus bajos presupuestos.

  

4-  Witchboard: Juego diabólico (1986)

Si quieres triunfar en los botellones dentro de tu casa hay que dejarse de jugar al Pictionary y sacar un tablero de ouija. Lo malo es que se empieza en plan broma y alguna amiga tuya, poco a poco, se puede obsesionar con ella y seguir jugando ella sola, a pesar de las advertencias. Luego, claro, vienen los cambios de humor repentinos, los accidentes inexplicables, las posesiones de espíritus cabreados, las escenas de ducha gratuitas y las muertes que siempre salpican. Sin ser ninguna joya, esta pequeña chorradilla ochentera tiene su punto y está bien documentada en el tema.

 

3-Muertos del pasado (2002)

Otra variación de los jovenzuelos alocados que invocan sin querer a demonios sedientos de sangre. Estos veinteañeros británicos drogados se la juegan con una ouija que directamente les comunica “todos mueren”. Y bien,  como resumen de la película, la tabla acierta. El problema es que al demonio le hace falta una hora y media para acabar con ellos, cuando a cualquier ser maligno respetable le bastarían minutos. Y es que los piezas de la peli son insoportables, con lo que ver como caen uno por uno hace de muertos del pasado un entretenido y recomendable pasatiempo.

  

2- Ouija (2004)


Entrañable amago de película de terror consumada en España. Una jovencita que llega al pueblo de vacaciones se hace amiga de una chavalada algo idiota cuyo concepto de pasarlo bien es reunirse para hacer ouijas que atraen espíritus de esos infernales. Goya al mejor guión original. Los diálogos de obra de fin de curso del colegio añaden un carácter shakesperiano a los matices de las inspiradas interpretaciones de todo el elenco protagonista. Muy recomendable para risas y directores novatos desmoralizados: sí, amigos, esta mísera muestra de detritos en celuloide se estrenó en las mejores salas de nuestro país.

  

1- Paranormal Activity (2007)

La primera y más exitosa de una de las series más rentables del reciente cine de terror. Hecha de forma casi casera, es una de las más acertadas muestras del subgénero de falso documental y casas encantadas. En esta ocasión, una pareja que viene siendo acosada por una entidad demoníaca en su casa, recurre a la ouija para tratar de saber por qué. Cuando nadie está en casa, la tabla se mueve sola y acaba en llamas. Existen algunas hipótesis en la red, que, básicamente, tratan de descifrar el mensaje que el demonio da a los protagonistas.