La primera temporada de Outcast está de claroscuros, y la textura susurrante de los acontecimientos no hace que la trama avance de forma torrencial precisamente. Este episodio es una confirmación de que su sutilidad puede guardar un inesperado vuelco en el efecto de los momentos más espeluznantes.
La parte más dolorosa de este episodio es ver a Kyle tener que lidiar con la posesión de su hermana Megan. El giro oscuro de los eventos en el episodio 9 hiela la sangre y toma un cariz inesperado y muy oscuro. Quizá la parte menos plausible de la muerte de Mark es que parece que va a ser escondida debajo de la alfombra con la justificación es que Megan, técnicamente, no le mató. Veremos. Una de las características de Outcast ha es que los claroscuros de los personajes permiten un distanciamiento de los arquetipos de este tipo de productos. El tono dramático de su “horror deprimente” nunca evita al espectador tener que lidiar con las consecuencias de cada acción de los personajes, veremos como exploran a continuación esta importante muerte.
La gran sorpresa del episodio es descubrir la nueva identidad de Amber, un aspecto que abre muchas posibilidades en la segunda temporada, dejando claro que la niña va a tener un papel mucho más importante en la historia según se vaya moviendo hacia adelante. El hecho de que sea hija de Kyle nunca había dado pistas de las connotaciones reveladas en el episodio. La crisis del Reverendo Anderson surge a partir de su acción final en el episodio, que no resulta la manera que él pensaba, y es otro interesante arco para la próxima temporada. El episodio no es el cierre más espectacular, a nivel de pirotecnia, el nivel de acción es, como es habitual, moderado y enclavado en el tono frío de las últimas semanas. Sin embargo, hay varias líneas argumentales que quedan abiertas, para ser sinceros, el final parece más una preparación para una segunda temporada que una conclusión satisfactoria. La historia con Megan es realmente lo importante, no hay duda, pero quedan flecos sueltos, líneas que se abrieron y no resultaron ser tan determinantes. Da la impresión de que los guiones de algunos episodios se han escrito procurando despistar al espectador. Quizá demasiada arbitrariedad y falta de foco en la trama principal para ser una temporada plenamente recomendable. La escena final del episodio, sin embargo, es uno de los momentos más ambiguos de la serie y una buena manera de crear el interés necesario para regresar a ella dentro de un año.