Una de las grandes series sorpresa de 2019 fue The Boys de Amazon Prime Video. Basada en los cómics de Garth Ennis y Darick Robertson, la adaptación tiene lugar en un mundo como el nuestro, salvo que los superhéroes son reales. Sin embargo, mientras que los programas de televisión y las películas retratan a los superhéroes como paladines del bien, en el mundo Ennis, la mayoría de ellos tienen defectos trágicos y, a menudo, son de todo menos heroicos. La primera temporada de ocho episodios captaba perfectamente la acidez corrosiva de las viñetas y añadía un toque de punk gracias a una banda sonora apabullante y una cantidad de violencia que rozaba lo subversivo, e incluso el terror. Entre el excelente reparto principal vuelve Karl Urban, Karen Fukuhara, Laz Alonso, Tomer Capon, Jack Quaid, Anthony Starr, Dominique McElligott o Chance Crawford.
Su showrunner es un veterano en la televisión de éxito, Eric Kripkeue, viene de Sobrenatural y el éxito de la primera temporada le ha tomado por sorpresa, tanto que ha podido contar con un mayor margen de maniobra en la segunda. «Nos han elevado un poco el presupuesto. Esto te da amplitud de movimientos y no solo en las grandes escenas de acción. Por supuesto que hay algo de eso, ahora hemos conseguido algunas secuencias enormes y hay mamíferos marinos más grandes. Pero también hay momentos y escenas mucho más intensas que fueron realmente difíciles para los actores a un nivel emocional y que requieren un poco más de tiempo que nos han concedido. No son solo las imágenes las que son épicas, las escala de las emociones es colosal esta temporada y eso solo requiere un poco de cariño con los actores», comenta Kripke a «Collider». Esto se traduce en todo un mes adicional de rodaje en comparación con la anterior temporada, con 12 días por episodio en comparación con los 9 anteriores. Una apuesta de Amazon y Sony, que afrontan la competencia actual de las plataformas a base de inversión y confianza ciega, para Kripke la clave de la calidad no tiene espacios para clichés y considera que «si quieres estar en la primera división tienes que ser capaz de caminar en un estilo épico. Lo curioso del cine es que nada de eso es ciencia espacial; es solo tiempo y dinero. Por supuesto que depende de que tengas gente buena e inteligente a tu alrededor, que sea más talentosa que tú, que es más fácil encontrar con tiempo y dinero.»
El supremacismo dormido
La segunda temporada de The Boys encuentra al grupo de renegados escapando de la ley, cazados por los Supes (superhéroes) e intentando desesperadamente reagruparse y luchar contra Vought. Hughie (Jack Quaid), Mother’s Milk (Laz Alonso), Frenchie (Tomer Capon) y Kimiko (Karen Fukuhara) se tratan de esconder intentando adaptarse a una nueva rutina para ellos, mientras que no hay ningún rastro de Butcher (Karl Urban). Mientras tanto, Starlight (Erin Moriarty) debe encontrar su lugar en The Seven mientras Homelander (Antony Starr) decide asumir el control total. Pero su poder se ve amenazado por la incorporación de Stormfront (Aya Cash), una nueva Supe experta en redes sociales que tiene sus propios planes. Encima de todo, la amenaza de Supervillain capta la atención del mundo y causa problemas a medida que Vought intenta capitalizar la paranoia del país.
Si en la anterior temporada The Boys hacía una sátira del corporativismo del entretenimiento, los nuevos ídolos y la cultura de los superhéroes en la que vivimos inmersos, en la segunda temporada han afrontado la ineludible y retorcida situación sociocultural de Estados Unidos de los últimos años. «Queríamos explorar la idea de figuras de autoridad que sacuden a la gente con la xenofobia y el racismo, pero en última instancia, la gente más peligrosa es el blanco de al lado. Tratamos de reflejarlo con el uso de los supervillanos como una distracción, así afrontamos el tema del nacionalismo blanco. Stormfront tiene una ideología odiosa en el cómic, pero teníamos la oportunidad de modernizarla y explorar cómo se expresan esas ideas a menudo hoy. Está envuelta en una estrategia de redes sociales muy inteligente, y muchas de estas personas aparecen como disruptores. «Vamos a pensar libremente sobre nuestra ideología de odio», y así, se infiltran de una manera insidiosa, porque son atractivos para los jóvenes hasta que profundizas un poco más y te das cuenta de que es el mismo odio que se ha estado vendiendo por 1000 años», explica Kripke sobre el desarrollo del personaje más jugoso de la temporada, que resulta un análisis, a la postre, de cómo la ultraderecha ha ido ganando terreno gracias a las estrategias de comunicación de Steve Bannon. Por ello, juega con la facilidad de identificarse con Stormfront también como espectador, creando momentos «en los que es fácil estar de acuerdo con lo que dice. Creo que esas son las personas más peligrosas».