Las películas más recientes de la franquicia The Purge, Election: la noche de las bestias yLa primera purga, han ido dando más información sobre la base en la que se establece el universo distópico en el que Norteamérica expía su odio en una noche de sangre como medida para que sea un país más seguro el resto del año. Ahora nos llega un spin-off que constará de diez episodios en su primera temporada. Si tenemos en cuenta que el periodo en el que todos los crímenes están permitidos, incluyendo el asesinato, son 12 horas al año, la serie en principio se asemejaría bastante a una trama a tiempo real. Tal y como explicaba a «Entertaiment Weekly» el productor ejecutivo de la serie y creador de la saga, James DeMonaco, «veremos cuatro historias, a priori independientes, que siguen a distintas personas que salen esa noche y experimentan la purga en distintos emplazamientos».
Pero a diferencia de las películas, centradas en exclusiva a narrar las horas previas y la noche de violencia en sí misma, «el espacio de trabajo que nos dan las 10 horas de televisión nos permiten utilizar el flashback, con lo que podremos salirnos un poquito del mundo contenido en la propia purga, retroceder a las vidas normales, el resto de días del año, de este Estados Unidos futuro. Vemos quiénes son estas personas cuando no están en la noche de las bestias y los eventos que los han llevado a donde están en las 12 horas en particular que estamos siguiendo. Creo que es una gran herramienta. Diría que tenemos un 70, 65 por ciento de purga y un 30 por ciento de flashbacks» prosigue DeMonaco. Otra de las oportunidades que ofrece cada nueva entrega es un barrido geográfico por las distintas localidades por lo que en esta ocasión se verá el efecto en una comunidad algo más cerrada.
Otra ventaja importante es la posibilidad de adentrarnos en la sociedad que permite que este evento sea legal. Allí ubicamos a los protagonistas, que deben examinar sus vidas y descubrir hasta dónde pueden llegar para sobrevivir a la noche más peligrosa del año. «La serie nos permite analizar de verdad por qué alguien recurriría a la violencia. Por ello, es una preparación más a fuego lento. Mientras que las películas son como un golpe en la cara, la versión para televisión, con su realismo, nos permite analizar realmente por qué alguien cogería una pistola o un cuchillo para resolver un problema, explorar las complejidades de la noche, sus matices y las diferentes clases de persona que sale a la calle, de una manera que no se podía hacer en las películas».
¡Jo, qué noche!
Lila (Lili Simmons), la hija de una rica familia pro-purga está en la fiesta a favor del evento organizada por los suyos para encargarse de asuntos pendientes. Otros invitados, Jenna (Hannah Anderson) y Rick (Colin Woodell) son una pareja de clase media que busca usar la élite para poner en marcha sus proyectos de caridad, dispuesto incluso a recibir fondos de personas que apoyan la Purga. Miguel (Gabriel Chavarría), es un exmarine que, tras recibir una carta de su hermana menor, regresa a la ciudad para tratar de protegerla y salvarla de un culto de adoración a la purga que la ha captado. Por su parte, su hermana Penélope (Jessica Garza), ve que su fe se ve comprometida cuando se expone a la realidad de esta noche. La secta está dirigida por Good Leader Travis (Fiona Dourif). En ella, las personas se sacrifican de formas horribles para salvar vidas inocentes. Jane (Amanda Warren) ha llegado a un punto de ruptura profesional, lo que la lleva a contratar a un asesino en la purga, en su camino está Don Ryker (Billy Baldwin), un poderoso socio gerente de su empresa. En medio de todos hay un misterioso personaje llamado Joe (Lee Tergesen), armado y enmascarado, interrumpe los asesinatos de la Purga por razones desconocidas.
Producida por Blumhouse television, el marco de cine de terror en el que nace la convierte en una saga naturalmente proclive a la violencia pero DeMonaco siempre ha sostenido que la franquicia nunca se propuso glorificarla, sino estudiar la creciente obsesión del país por ella y a lo largo de las tres secuelas se abordaron cuestiones de clase, raza y política. Según el productor Thomas Kelly «puedes ver esto como entretenimiento puro, un paseo emocionante, pero para una audiencia más madura y más exigente, hay muchas cosas geniales sobre los personajes, A través de los que exploramos los problemas del día, ya sea por su raza o clase cuestionándonos. ¿Cómo es la realidad para un porcentaje realmente pequeño de personas que obtienen todo el poder? ¿Cómo afecta eso nuestras vidas?». Es realmente interesante que una propuesta de concepto, derivada en una especie de slasher coral y exploitation urbana, tenga la posibilidad de plantear cuestiones que retuercen el espectro sociopolítico real para ajustarlo a una misma plantilla casi cada año, lo que nos da la oportunidad de conocer el universo más allá de la propia noche de la purga.
Sin embargo, diez episodios para una noche son, definitivamente, demasiados, y la estructura no ofrece novedades en su desarrollo ni en el apartado visual, aunque las máscaras de papel maché de un grupo de asesinos primos hermanos de The Strangers son inquietantes, bien sea porque las películas parecen a veces rodadas en un tosco formato digital, bien porque la serie tiene un montaje apresurado y sin mimo, su solvencia técnica no ofrece nada que no puedan ofrecer el resto de (exitosas) secuelas para el cine. Es por ello que, salvo los progresivos añadidos de trasfondo y mensaje, la excusa de la sátira acaba derivando en un espectáculo de acción de bajo presupuesto más bien alargado, solo recomendable para los muy aficionados a la saga con ganas de adentrarse de nuevo en el universo creado por DeMonaco. Aunque para los no iniciados en las aventuras de celuloide, también puede ser una manera adecuada de adentrarse en el universo saltándose las cuatro propuestas resumidas en 100 minutos y obtener una experiencia con mayor detalle descriptivo desde un primer momento.