Se estrena en España el documental Dark Star: El universo de H.R. Giger, que repasa, a lo largo de varias entrevista con familiares, amigos y propio artista, su carrera, su importancia en el mundo del arte y su influencia en la cultura, música y cine. Conocido principalmente por su inmortal diseño de la criatura de Alien, recordamos otros trabajos y participaciones del genio suizo en el séptimo arte.
Asociamos H.R. Giger al mundo de la pintura e ilustración. Su estilo barroco nos provoca terror con sus representaciones surrealistas de un mundo de pesadilla en el que parecen existir otras reglas, estampas de un mundo paralelo en el que la robótica de Asimov se da la mano con las criaturas cósmicas de Lovecraft. Tan sensual como Dalí puesto de ácido y carburante, hay tanta nueva carne en su arte que se hace raro que el canadiense David Cronemberg nunca haya recurrido a sus modelos. Aunque la técnica de sus obras era principalmente el aerógrafo, sus esculturas y sus diseños han tenido un gran impacto en la cultura popular. Por culpa del cine, por culpa de Alien. Cuesta pensar en un diseño de criatura más imitado en el fantástico.
Me perdonarán por no incluir en esta pequeña referencia a los cortos del propio artista, ya que mayormente son documentales o piezas que recogen su manera de trabajar y exponen ante la cámara sus obras realizadas en otros soportes. Sin embargo, su primera incursión el séptimo arte, es una obra de ciencia ficción. Un corto que codirigió con Fredi M. Murer. Swiss Made 2069 es la historia de un extraterrestre que viene a la tierra para grabar todas sus experiencias. Para estar hecho en 1968, el diseño resulta bastante moderno, y no desentonaría dentro de la propia Prometheus.
EL OCTAVO PASAJERO
Cuando Dan O’Bannon, el menospreciado guionista de Alien, todavía estaba inmerso en la producción, supo que el monstruo de su película tenía que ser parecido a las criaturas que aparecían en el libro de pinturas de Giger Necronomicón, de 1977. En particular, la criatura de la lámina llamada Necronom IV puso de acuerdo a director y guionista en que el polizonte de la Nostromo debía tener ese aspecto sinuoso, erótico y letal. Pese a las reticencias iniciales de 20th Century Fox, el suizo fue contratado como diseñador de todo lo que tenía que ver con la criatura, su biología y su mundo. Con la ayuda del maestro Carlo Rambaldi, el Necronom tomó forma física y entró en el panteón de la ciencia ficción como el extraterrestre más ofensivo, terrible y grimoso de la historia.
Si el monstruo con cabeza fálica no era suficiente, Giger esculpió un estadio larvario con una boca-vulva que a su vez salía de un huevo con cuatro labios vaginales dispuestos en cruz. También creó al célebre jinete espacial, una especie extraterrestre diferente víctima del ciclo parasitario de los alien, y supervisó la construcción del pesadillesco interior de la nave donde se encuentran todos los huevos. Todo ese trabajo le valió un Oscar de la academia y, sobre todo, decenas de imitaciones: desde los plagios casposos de Roger Corman a la burda arquitectura de sex shop del Kripton de El hombre de acero de Zack Snyder.
ROBOTS, POLTERGEIST Y MARCIANAS NINFÓMANAS
Durante los ochenta, el artista no tuvo la suerte de encontrar un proyecto a la altura de su arte. En 1985 fue convencido para realizar la portada de la película Asesinos del futuro, un despropósito ciberpunk sin ningún interés. Ya en el aspecto del diseño, creó la imaginería grotesca y pringosa de la decepcionante secuela de Poltergeist, en la que lo más destacable son sus larvas lovecraftianas. Poco después, en japón, desarrolla uno de sus trabajos más desconocidos. Todos los diseños conceptuales de las criaturas y robots de la versión en acción real de la novela Tokio Doomed Megalopolis, que más adelante dio lugar a un anime bastante popular. El filme es algo aburrido y tarda en llegar a su explosiva parte final, llena de demonios hechos con stop motion donde se deja ver algo la mano del Suizo.
Los noventa trajeron proyectos de más enjundia. Por una parte, el éxito de la saga Alien había traspasado décadas y para su tercera parte, se volvió a contar con un diseño refinado del original. Giger creó un alien más sensual, al que añadió un concepto perruno. Las sucesivas versiones del guión dejaron en el camino algunos bocetos que utilizaría posteriormente en la interesante Species, la historia de una extraterrestre macizorra que necesita procrear lo antes posible. Hay toques de su diseño a lo largo de toda la película, pero era en el final donde su bastante alucinante diseño se lucía en toda su gloria. En esta etapa, Giger hace de consultor creativo en la película alemana El condón asesino. No es tan fácil encontrar asesores para crear monstruos fálicos y escurridizos.
El GIGER QUE NO FUE
Entre todos los proyectos que hizo Giger, los que nunca llegaron a ver la luz, también fueron importantes. No hablo del bat-móvil que diseñó y nunca se llegó a utilizar en Batman Forever. El proyecto más anhelado por los fans del artista fue el Dune de Alejandro Jorodowsky. Un megalomaníaco proyecto que juntaba a grandísimos nombres de su época de todas las disciplinas. Estaba Giger, estaba Moebius y también Dan O’Bannon. Sí, el creador original de Alien, que gracias a este proyecto pudo conocer el trabajo del suizo y comenzar el ciclo Alien. Parte de ese arte conceptual perdido puede verse en el imprescindible documental Jorodowsky’s Dune de 2014.
Y fue con el director de Alien con quien iba a trabajar en un proyecto llamado Dead Reckoning, una película de ciencia ficción con un tren de la nueva carne, una criatura biomecánica con vagones dentados que nunca llegó a hacerse. Parte de los diseños de ese tren para Scott fueron reutilizados en una secuencia onírica de Species, cuando la pequeña alien Sil tiene una pesadilla en la que le alcanza un tren como el de su proyecto frustrado. Muchos de estos cabos se cerraron en la controvertida Prometheus, la primera de las precuelas de Alien, que dirige el propio Scott. Quizá por eso, reutilizó todo el material disponible de Giger: El jinete espacial, la nave, arte no utilizado en la Alien original e incluso muchos de los diseños del templo, sacados directamente de los trabajos para Dune. Los murales extraterrestres, también basados en bocetos del octavo pasajero, fueron retocados por el propio Giger antes de morir en 2014. Prometheus es la última oportunidad que tendremos de ver su obra en el cine. Un broche espectacular que cierra un círculo concéntrico, recreando las obras de Dune que inspiraron originalmente a los propios creadores de Alien.
Artículo publicado originalmente en Gonzoo