40 años de Tiburón: los múltiples géneros de una obra maestra

Hace unas semanas, se cumplían cuarenta años del estreno de Tiburón. La película que creó el terror a meterse en el agua y dio a conocer al mundo el potencial aterrador del Carcharodon Carcharias, el gran Tiburón blanco. Hoy, el secreto de su éxito puede atribuirse a la brillante mezcla de géneros que propuso el joven Spielberg. ¿Terror?¿Aventura? Si, todas esas y muchas más. Desgranamos todas las películas que caben dentro de Tiburón.

TIBURONES/ANIMALES ASESINOS

Naturalmente, el género en el que mejor encaja Tiburón es el que la misma película creó. No hay película de tiburones asesinos que no lleve su ADN, sus planos debajo del agua y visión subjetiva del escualo. Además de las decenas de imitaciones, también hay cientos de películas  animales salvajes en tierra firme que siguen el mismo patrón al dedillo.

 

BLOCKBUSTER DE VERANO

No es un género en sí,  pero Tiburón fue culpable de que todas las productoras compitan con esa “película evento” que tienen reservada para la época estival. Distribución masiva, marketing, merchandising y publicidad omnipresente. El film es un carrusel de movimiento, con grandes efectos especiales y escala épica que marcaría el camino del taquillazo y las exigencias que el público pondría a a partir de ese momento, abriendo camino a Star Wars.

 

PELI  SPIELBERG

Criticado por sus detractores como ejemplo de cineasta de cine comercial, sin alma, de consumo fácil, sin profundidad y de momentos empalagosos. Guste más o menos, todos sus trabajos conforman una sólida voz de autor. Aquí no faltan sus pequeñas obsesiones personales: La vida de la familia de clase media americana, su retrato cotidiano de los personajes y los momentos paterno filiales; como esa escena del jefe Brody haciendo muecas imitadas por su hijo. El éxito de  la peli permitió a Spielberg llegar a ser Spielberg.

 

PELÍCULAS DE DESASTRE

El miedo colectivo, y el alcance a toda una comunidad alejaron al tiburón de su papel secundario en historias de náufragos. Los códigos que maneja sólo se encontraban en el cine de desastres naturales. La crueldad e inevitabilidad de los ataques y, por supuesto, las escenas míticas de los bañistas saliendo en estampida del agua, atropellando a otras personas y generando el caos, no desentonarían en ninguna película sobre catástrofes.

 

SUSPENSE

La quimera de trabajar con marionetas dentro del agua obligó a eliminar mucho metraje de la bestia en pantalla, por lo que el director se las tuvo que ingeniar para mantener el interés sin mostrarla. El espectador nunca sabe si el animal está o no debajo del agua, creando una inquietud constante e innumerables momentos de puro suspense. Para la historia, las apariciones en superficie de esos bidones amarillos, que indican que el escualo nadaba debajo. Puro Hitchcock.

 

THRILLER POLÍTICO

Eran los 70 y triunfaban las películas en las que se reafirmaba la desconfianza las instituciones. Los políticos eran villanos, y aquí el alcalde solo quiere la pela. Vemos como toma la decisión de abrir las playas haciendo caso omiso de los expertos. Gran parte del metraje se utiliza en discusiones de despacho, que trata de retratar sutilmente a la clase política, a través del gobierno, concejales y juntas de una pequeña comunidad.

 

COMEDIA NEGRA

Pese a que el tono es serio, toda la película esta llena de detalles sarcásticos. El humor negro se cuela en todos los diálogos y en el plantel de peculiares personajes de la isla de Amity. A veces, el propio suspense es el que genera momentos diabólicamente cómicos, como ese momento en la playa, con el jefe vigilando a los bañistas, mientras los paisanos pesados le impiden ver lo que sucede. La escena clave es en el barco, cuando Brody se da cuenta de que necesitan un barco más grande.

 

 

CIENCIA FICCIÓN

Hay apuntes de oceanografía y biología marina que ornamentan con realismo el carácter fantástico de la historia. Obviamente, la película juega con las posibilidades de que lo que ocurre es plausible, pero no, no lo es. Ni el tamaño del animal, ni su comportamiento territorial, ni su ‘lucha’ con sus cazadores, ni su poder para destrozar el barco de esa manera. Todos los aspectos relacionados con el tiburón tienen más similitudes con cualquier película de monstruos de los cincuenta que con la realidad.

 

DRAMA

La melancolía está presente en gran parte de la película. El personaje de Brody parece tener un peso encima que nos resulta complicado llegar a entender. Sus demonios personales chocan con su vida familiar y crean el camino del héroe clásico. También está presente la lucha de clases en el duelo dramático entre el joven Hooper y el pescador experimentado. Quint, un personaje Melvilliano, se enfrenta a su destino como en una tragedia Shakesperiana ilustrada de forma magistral en su terrible monólogo del Indianápolis.

 

TERROR

Por supuesto, Tiburón, ante todo, sigue siendo  un filme de terror perfecto. Todos los crudos ataques del escualo son escalofriantes .Desde el icónico y salvaje comienzo a los posteriores, en los que no se escatiman detalles gráficos gore, como esa pierna hundiéndose tras el ataque en la laguna o el géiser de sangre del pequeño Kintner. Por no hablar de la terrible aparición del cadáver de Bend Gardner. Puro material para pesadillas.

 

10- AVENTURAS

El cambio de tono a la mitad de la película cambia las tornas, empieza la caza del monstruo en alta mar, convirtiéndose en una de las mejores películas de aventura marina de todos los tiempos. Se sustituyen los tonos grises y la oscuridad de las casas y  oficinas por el sol dorado y el azul del mar radiante. John Williams orquesta una partitura excitante y triunfal. La estructura y la camaradería recuerdan también a un Western de Hawks y su vibrante montaje de su clímax le adentra de lleno en el cine de acción.

 

Artículo publicado originalmente en Gonzoo