Se ha estrenado la nueva versión Disney de acción real de La Bella y bestia y es un buen momento para recuperar algunas versiones bastante olvidadas del mito, que suben al máximo el volumen de elementos oscuros, extraños y de terror.
The Beauty and the Beast (1962)
Pese a que esta versión es una demasiado rudimentaria reelaboración del cuento de hadas, tiene interés para los amantes del cine de terror clásico porque, aunque la Bestia nunca representa demasiada amenaza, es básicamente, un hombre lobo tradicional, de la escuela de Lon Chaney Jr. y Universal. Edward L. Cahn, fue un prolífico director de Westerns, thrillers y películas de terror de serie B durante dos décadas y, aunque aquí dirige de manera algo pedestre, el resultado de ver un cuento de fantasía con esa sensación de serie B resulta entrañable. La bestia, eso sí, tiene el típico arco de película de terror romántica estándar, sufriendo una maldición que lo transforma ocasionalmente en una bestia. Esta parece una versión amistosa de Waldemar Daninsky, pero su transformación en fundidos es deliciosamente retro.
Panna a Netvor (1971)
La versión checa del mito es, a todos los efectos un reato de horror. Empezando por su intro con órganos ominosos y pinturas espeluznantes, bosques que parecen sacados de Sleepy Hollow y niebla en todos sus planos. Además, la soledad de esta Bestia le ha convertido en un bicho bastante esquizofrénico y escucha una voz susurrante, persistente, en su cabeza, con la que mantiene conversaciones que tratan de tentarlo para matar a la Bella y beber su sangre porque eso, le dice, es lo que realmente quiere hacer. Básicamente, una especie de Gollum psicópata. Dentro de su oscuridad, la fotografía es visualmente atractiva y ayuda a tejer la rica atmósfera gótica del filme, que posee un indudable sabor a cine del este, lo que no riñe con que los sets, dirección de arte, diseño de vestuario, y densa música melancólica sean muy eficaces. Aunque todo el material se diluya en sus aspectos surrealistas, con ciertos momentos de lógica de pesadilla, el corazón de la historia sigue siendo respetuoso con el mensaje original. El clima fantasmagórico e irreal sintoniza con el contraste entre el espíritu cándido y sacrificado de la joven como con el turbio y atormentado de hombre pájaro.
La flor escarlata (1977)
La versión rusa de La bella y La bestia tiene su propia versión animada en 1952, una encantadora cinta que era superior a la de Disney, pero que tuvo también una versión de acción real que se salía del tono preciosista para acercarse al estilo de fantasía oscura de muchos de las producciones eslavas de esas décadas. Los efectos especiales son crudos, con los colores cambiantes con tintes de color llamativo, filtros y variaciones de saturación que crean un estado de alucinación en el mundo de la bestia con cierta cualidad fantasmagórica. La música es etérea y obsesiva, añadiendo un tono terrorífico suave al misterio y la magia. Los momentos más disfrutables para el fan del horror, junto a su atmósfera oscura, es la forma en la que está tratada la bestia, a la que solo vemos los ojos y parte de su cara, hasta que se nos es revelada como una especie de criatura vegetal, una suerte de cosa del pantano rudimentaria que probablemente hizo orinarse en la cama a unos cuantos niños rusos de los setenta.
No such Thing (2001)
La versión modernizada, artie, filosófica e indie del mito. Hal Hartley hace girar la historia sobre un monstruo islandés (Robert John Burke) que mata a un equipo de televisión y se convierte en una estrella de los nuevos medios de comunicación cuando Beatrice (Sarah Polley), periodista de televisión prometida de unos de los asesinados va en su búsqueda. Beatrice es manipulada por su jefa del periódico (Helen Mirren) y el monstruo, a pesar de su oscuro estado de ánimo y su deseo de morir, es un auténtico charlatán. La película juega en un campo filosófico y Hartley quiere usar la metáfora de la criatura para darle nueva vida a su debate típico sobre la naturaleza de una existencia jodida. La Bestia, con sus problemas, es inestable y genera cierto mal rollo, pero la película tampoco alcanza grandes cotas de horror. Aun así es una versión interesante (aunque tremendamente envejecida) del mito.
Spike (2008)
Spike es una película de terror al uso, con estructura al uso y look al uso, que se convierte en una obra reflexiva y casi teatral de la leyenda, con un giro, además, moderno y extraño. No es para todos los gustos, y no es un tipo de película de horror con gore. Más bien es una historia acerca de encontrar a la persona que realmente amas, aunque sea de una manera diferente y rara. Sigue el mito con la misma fórmula aplicada a un accidente de coche con un giro más oscuro y mucho más aroma de historia trágica. La bestia, aquí es una especie de humano puercoespín salido de Razas de noche de Clive Barker, y plantea un cruel trato con la protagonista. Muy difícil de localizar, probablemente acabe convirtiéndose en una rareza de culto.