10- El país del sexo salvaje (1972)
Si no tenemos en cuenta el género mondo (cine documental sobre barbaridades cometidas a lo largo y ancho del mundo), técnicamente, esta es la película fundacional del cine caníbal italiano. Una mutación del citado género, fue la primera, más decente y limpia de todas las incursiones de su director. Aunque fuera una recreación de los fascinantes momentos reales de los citados documentales, la obsesión por mostrar gente comiendo a otra se rastrea como explotación de La noche de los muertos vivientes de George A. Romero.
9- Mundo caníbal, mundo salvaje (1977)
Si por algo será recordado el nombre de Ruggero Deodato es por darle la forma definitiva al subgénero caníbal italiano tal y como se conoce. Antes de crear su título más popular con Holocausto caníbal, Deodato dirigió esta excelente aventura de supervivencia, superior en muchos aspectos a aquella. Es una de las mejores películas de su estilo, pero también una de las más sucias y salvajes. Ya puede verse la mala manía del mondo de mostrar asesinatos animales para añadir textura bárbara y una obvia sexualización del atuendo indígena (nada por aquí, nada por allá).
8- Emanuelle y los últimos caníbales (1977)
En Italia, si una película con el nombre de un personaje triunfaba, todo el mundo usaba el nombre en su título. Debe haber cincuenta spaghetti westerns con el nombre de Django, y con Emanuelle no iba a ser menos. De hecho, esta película pertenece al ciclo italiano de la llamada “Emanuelle negra”, o lo que es lo mismo, la tremenda belleza holandesa de Laura Gemser. En esta aventura, Emanuelle libraba a sus amigos de ser el brunch de indígenas a los que engaña saliendo del agua en pelotas, y obviamente, la tribu se cree que es una de sus dioses.
7- La montaña del dios caníbal (1978)
El reputado director de Giallo Sergio Martino se acercó al cine de aventuras exóticas en tres de sus obras. En ésta, probablemente el filme caníbal con mayor presupuesto de la época, el director italiano propone una película de acción pulp más ligera, tanto, que podría ser una historia sacada de cualquier novela con Alan Quatermain. Los caníbales hacen su aparición en el clímax. Sin ser tan explícita en el reparto de sus raciones, no deja de ser violenta y aprovecharse de la presencia en su reparto de Ursula Andress a la que desnudan, atan y proclaman como diosa, una costumbre, al parecer, muy arraigada en este tipo de tribus.
6- Comidos vivos (1980)
La segunda incursión de Umberto Lenzi en el mundo caníbal es sus muestras más perseguidas e infames. La trama comienza como la típica aventura en la que una mujer va a buscar a su hermana desaparecida en la jungla para encontrarse que permanece secuestrada por una secta que esclaviza sexualmente a sus miembros. Una excusa muy pocha para exponer frente a la cámara más desnudos y violencia sexual gratuita. La segunda mitad entra directamente al ranking de más grosero cine de mal gusto jamás rodado. No es una buena recomendación para ver en la fiesta de una convención de las femen.
5- Holocausto Caníbal (1980)
En los videoclubs de los ochenta, había un aura maldita alrededor de cualquier copia de esta película. Su carátula, una indígena empalada mientras el jefe de una tribu comía una masa de carne informe daba pesadillas y quien la veía hablaba de ella como si hubiera visto una snuff movie. De hecho en su estreno, Deodato tuvo que probar que los actores estaban vivos para no ir a la trena. En realidad, no era tan distinta al resto de las que hemos hablado, pero el formato falso documental hizo que impactara el doble, creando de paso el subgénero found footage que popularizó El proyecto de la bruja de Blair.
Zombi holocausto (1980)
Con las imitaciones del éxito de los muertos vivientes de George A. Romero por parte de italianos como Lucio Fulci triunfando en todo el mundo, era esperable un choque de los subgéneros del momento en el país de la bota. Como todos los monstruos de la Universal peleando en los años cuarenta, o los superhéroes enfrentados de nuestros días, en los setenta sólo cabía una combinación posible: Zombis vs caníbales. Al final, las promesas del título se reducen a un pequeño grupo de caminantes creados por el mad doctor de turno, pero oiga, menos es nada y se compensa con toneladas de sangre y carne deglutida.
Caníbal feroz (1981)
El creador del invento, no contento con la pringosa Comidos vivos, quizá picado por el éxito de Holocausto caníbal, regresó a la jungla con intención de elevar las cotas de grima aceptables por fotograma, y de paso, darle una apariencia más profesional y compacta al acabado de su cine majadero. Ahora añadimos degustación de cerebros y genitales previa castración, mujeres colgadas de ganchos en sus pechos y un buen catálogo de imágenes reales que harían las delicias de cualquier vegano y miembro de PETA. Otra más para la lista de vídeos prohibidos durante años en países como Inglaterra.
Caníbal feroz 2 (1985)
Desnudo y salvaje, el título original, nos da una pista por dónde van los tiros de esta tardía visión del mismo esquema. La consecuencia es que comparte ciertos valores de producción adaptados por el mainstream y arroja algo de sentido del humor idiota para rebajar. Hay desnudos por doquier, sangre y miembros de tribus llenos de barro y suciedad practicando la antropofagia, pero todo está rodado de forma más ligera y con nodos que se apropian del tono de Indiana Jones. Digamos que es la versión suave, para el gran público, de Caníbal feroz.
Holocausto caníbal 2 (1988)
A pesar del título, no es una secuela. Su título original era Natura contro y en Estados Unidos The Green Inferno, con lo que ya sabemos la inspiración para el de la película de Eli Roth, que, aclaremos, no es un remake. El director, Antonio Climati, era experto en el cine Mondo, que dio origen a la fiebre caníbal, y en esta tardía revisión se encarga de cerrarla definitivamente. Es otra muestra diluida de un género que vivió su cenit casi una década antes. El final tiene algún punto de interés, pero estamos ante una de las peores aventuras caníbales procedentes de Italia.