
Durante el rodaje de Rojo oscuro (Profondo Rosso, 1975), Argento conoce a Daria Nicolodi, con la que iniciaría una larga relación en común que dejaría muchas colaboraciones y varios hijos entre los que está Asia Argento. Durante el embarazo de esta, al director se le venía a la cabeza la película de Blancanieves y los 7 enanitos (Snow White and the Seven Dwarfs, 1937) que le daba miedo de pequeño y se le ocurrió que un grupo de niñas indefensas fueran atormentadas por brujas como la dibujada por Disney.

Aunque Suspiria también cae plenamente en el subgénero de “internados femeninos” del que se ha erigido como su máxima representante. Conviene anotar que Down in a Dark Hall (1975) la novela de Louis Duncan que ha inspirado nueva película de Rodrigo Cortés resume bien los pilares de las películas sobre escuelas femeninas en las que pasan cosas muy extrañas y no todo es lo que parece. No hay que olvidar tampoco que La Residencia (1969) de Chicho Ibáñez Serrador es un misterio gótico que, aunque no tenga elementos fantásticos, es una indiscutible influencia desde aspectos de argumento similares, sino que hay elementos y escenas calcados por el genio italiano.


Sus resultados vibrantes fueron ideales para la apariencia distinta que deseaban lograr, llena de colores vivos, también su uso de la oscuridad y las texturas negras aterciopeladas es igualmente importante. La meta era crear un universo propio que nadara entre la irrealidad y el estado mental de los sueños. No puede obviarse en este aspecto, la influencia de Michael Powell y su uso de las texturas vivas de puro color. Desde la reclusión, pulsión sexual reprimida y conflicto femenino dentro de un espacio cerrado de Narciso negro (Black Narcissus, 1947) a las saturadas escenas oníricas y pesadillescas relacionadas con el mundo de la danza de Las zapatillas rojas (The Red Shoes, 1948) e incluso Los cuentos de Hoffmann (Tales of Hoffmann, 1951), ambas relacionadas con los cuentos de hadas.

Todo el diseño de producción enlaza la idea de un lugar imposible: Una escuela de danza en Alemania, en medio de la selva negra, con arquitectura demoníaca y colores salvajes. En sus decorados abstractos e pueden rastrear referencias al expresionismo alemán, con las arquitecturas angulosas e irreales de El gabinete del doctor Caligari (Das Cabinet des Dr. Caligari, 1920) que se complementan con escaleras y puntos de fuga imposibles, como si fuera un trabajo de Escher, cuyos motivos de peces y pájaros también parecen estar pintados en algunas paredes. Como el trabajo de Robert Wiene, la luz no parece tener una fuente clara.

El hecho de que un filme de terror sea tan estilizado conecta con la tradición gótica del género y evita un tipo de horror basado en hacerte saltar con los sustos o impacto gratuito. El verdadero poder de sus imágenes es crear una creciente sensación de incomodidad, no llega a dar miedo puro, pero consigue meterse bajo la piel. Esto no significa que todo sea sugerencia o que el director renuncie a uno de sus puntos fuertes: orquestar las escenas de asesinato como si de una pieza exquisita y macabra se tratara. Los asesinatos lo conectan con el Giallo, pero aquí el misterio es lo sobrenatural, todo es extraño. Incluso ayuda el inusual hecho de que fuera una película de marcados acentos femeninos (todas las protagonistas principales son mujeres) donde el hombre aparece vagamente, y sólo es representado por un ciego, un mudo y un jovencito gay (nuestro maravilloso Miguel Bosé).

La guinda de la tarta la pone la banda sonora. Diseñada por el propio Argento junto al grupo Goblin, sigue un leit motiv casi infantil, una variación monotemática del Tubular Bells de El Exorcista (The Exorcist, 1973). La cascada de sonido está presente en toda la película, pero va creando un muro de sonido que se va repitiendo sobre sí mismo tirando de nuestro cerebro hacia el mundo de las pesadillas donde parecen moverse los protagonistas. El tema principal es un crescendo cacofónico que no es fácil olvidar, y ha sido utilizado, versionado y alterado en infinidad de ocasiones. Un ejemplo, en la banda sonora de Lost River (2014) de Ryan Gosling. que juega al homenaje con la pieza maestra de Argento como los trabajos de Nicolas Winding Refn, en especial The Neon Demon (2016).










