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Las 15 mejores películas de terror de 2016

top ten terror 2016

Si 2015 fue un buen año para el cine de terror, 2016 ha sido espectacular. Tanto que nos ha sido imposible crear un top 10 al uso. Imposible descartar algunas de las joyas que se han estrenado en salas, vídeo o VOD. El orden es orientativo, pero también es difícil colocar una delante de la otra. La posición es lo de menos. Sin más os dejamos con nuestra selección de lo que ha dado de sí uno de los periodos más estimulantes que ha vivido el género en muchos años.

15- I’m Not a Serial Killer (2016) de Billy O’Brien.

Una de las sorpresas del año. Terror indie con dejes de mumblecore bien entendido. Una pesadilla adolescente casi existencialista que consigue recrear con realismo un conflicto de antihéroes tipo Dexter embebido en una trama sobrenatural inesperada y distinta. Como mezclar el tono melancólico de Déjame Entrar (Låt den rätte komma incon, 2008) la inquietud paranoica de Noche de Miedo (Fright Night, 1985) en una estructura de novela young adult de misterio. Totalmente diferente a lo que viene ofreciendo el género hasta ahora, es original, fresca, entretenida y puede que el principio de una saga de culto.

14- The Shallows (2016) de Jaume Collet-Serra 

Ha sido el año de los tiburones. Difícil elegir entre dos de sus máximos referentes en el género desde El arrecife (The Reef, 2009). Sin llegar a su nivel, tanto la película de Collet Serra como 47 Meters Down (2016) proponen dos maneras diferentes de ver el género. Mientras Infierno Azul crea una espectacular película de supervivencia llena de momentos memorables, aunque irreales, la más tosca y vulgar de las dos, 47 Meters Down, propone un ejercicio de tensión y claustrofobia minimalista que da auténtico pavor en ocasiones. Ambas se complementan muy bien, ambas descarrillan bastante en el final pero no puede recomendarse una sin hacer mención a la otra.

13- Ghostbusters (2016) de Paul Feig.

La comparación con la original sobra. Esta nueva versión concentra el espíritu del Saturday Night Live actual concentrado en un divertido episodio de la serie de animación de los ochenta, con dos horas de duración llenas de fantasmas y humor absurdo. La segunda mitad es una delicia de acción y terror fantasmal multicolor, con el diseño de muchas entidades creepy y memorable, apuntando directamente al corazón nerd de los aficionados más versados en la mitología animada, con las diversas armas creadas por Holtzmann y kilotones de disparos con los equipos de protones. una de las mejores comedias de terror ligero de la década  Inesperado caviar friki para desprejuiciados.

12- Ouija: Origin of Evil (2016) de Mike Flanagan

Un ejercicio de clasicismo casi minimalista que cuida cada detalle de su traslación de un guión derivativo de tal forma que hace creíble a cada uno de sus personajes y conflictos. Tensa e interesante en todo momento, requiere la misma paciencia que muestra su director al dosificar sus elementos de impacto hasta su tenebroso último acto. Mete las manos en la oscuridad sin miedo a mancharse las manos, y es lo que la eleva de otros thrillers sobrenaturales que se han estrenado este año. Por cierto, durante su último tramo uno no puede dejar de pensar en Aquella casa al lado del cementerio (Quella villa accanto al cimitero, 1981). Mike Flanagan se consolida como un artesano del terror dedicado y efectivo.

11- The Invitation (2015) de Karyn Kusama.

La ganadora de Sitges 2015 ha visto su carrera comercial aplazada a este año, por lo que es justa merecedora de entrar en el podio. Uno de los trabajos de tensión y paranoia insoportable más sólidos del reciente cine de terror. Una simple premisa, el fantasma de las sectas sobrevolando y un final redondo. Un drama que se va transformando en thriller polanskiano que requiere dejarse llevar por la experiencia que propone, un ejercicio de suspense memorable y sorprendente que construye una paulatina sensación de fatalidad irrespirable.

10- Train to busan (2016) de Yeon Sang-ho / I am a hero (2015) de Shinsuke Sato.

Nos resulta imposible decidir cuál es la mejor película de zombies del año. Por una parte Train to Busan se compone de un tejido de escenas poco complacientes que prescinden de la salpicadura exagerada sin perder un ápice de profundidad en el tajo, con el sujeto de la infección y contagio como leit motiv  recoge el testigo de excelentes películas de terror en el tren como Pánico en el Transiberiano (1972) y trata al cine zombie de forma honorable. Sin ser tampoco comedia, la japonesa I am a Hero tiene una escala gigantesca, un sentido de la diversión que no evita la tragedia y resulta un baño de sangre memorable que la deja entre las películas gore de culto de la historia, bien cerquita de Braindead (1992). Imprescindibles, las dos.

9- 10 Cloverfield Lane (2016) de Dan Trachtenberg.

Producida de tapadillo por J.J. Abrams,  esta secuela espiritual de Monstruoso (Cloverfield, 20079 en realidad,  no tiene nada que ver salvo que transcurren en un universo tipo The Outer limits en el que la ciencia ficción y las invasiones extraterrestres son la norma. Como si de una serie antológica se tratara, Calle Cloverfield 10 es un thriller psicológico de tensión irrespirable, con un enorme John Goodman interpretando a un hombre tarado y solitario que ha construido un bunker por si hay un ataque marciano. El juego del gato y el ratón con la  sobresaliente de Mary Elizabeth Winstead  crea una paranoia constante sobre si Howard es un loco o no hasta su divertido final. Una de las películas de género más sólidas del año.

8- Don’t Breathe (2016) de Fede Álvarez.

Tras su potente debut tras las cámaras en el remake de Evil Dead (2013), Fede Álvarez aprueba con nota la reválida con un reciclaje maestro de clásicos vistos mil veces. La receta de tensión constante y giros encadenados mantiene con las uñas clavadas al asiento durante sus noventa minutos. El uso de una fotografía en colores fríos y la tétrica y excelente banda sonora de Roque Baños, consigue una atmósfera de horror validada por las concesiones a la estética de salvajismo heredada por Tobe Hooper y el espíritu torture porn de la década pasada.  Da igual si, en el fondo, es casi un remake de El sótano del miedo (The People Under the Stairs, 1991) de Wes Craven, todo funciona con precisión, técnica y la pasión propia de un director con el hambre de quien quiere demostrar que tiene algo que decir en el género.

7- The Neon Demon (2016) de Nicolas Winding Refn.

Refn desafía a los fundamentalistas de la narración convencional con una muestra corregida de sus desvaríos estilísticos menos afortunados. Una odisea visual y sensorial que eleva sus referentes formales en una propuesta fascinante y absorbente, una hermosa orgía de surrealismo caníbal que gusta del uso de colores y arquitecturas salidas de Suspiria (1975), De Palma o Mario Bava aseguran una experiencia cinéfaga absorbente, y su vocación de videoarte ayuda a abrir la mente sobre lo que debería ser una película de terror más allá de los sustos y las muertes, una experiencia embriagadora.

6- The Autopsy of Jane Doe (2016) de André Øvredal.

Para los que echamos de menos el terror de antología tipo Cuentos de la cripta (Tales from the Crypt, 1989-1996)  la nueva película del director de Trollhunter (2010) es una delicia del primer al último minuto. El misterio de la muerte de una joven en una sala de autopsia va creando tensión progresiva, inquietud y una atmósfera inquietante creciente. Para cuando el misterio es revelado ya se ha desatado la espiral de terror clásico lleno de momentos de impacto y situaciones que recuerdan a los mejores cómics de Warren y EC. Una absoluta delicia sobre la que, si es posible, es mejor no saber nada antes de verla.

5- The Hexecutioners (2015) de Jesse T. Cook.

La joya oculta del año. Ridículamente infravalorada e ignorada, fue la sorpresa del festival Nocturna de Madrid, un euro gothic independiente completamente fuera de modas e influencias con el sello del inclasificable Tony Burgess, uno de los creadores indies más estimulantes de esta década. Como uno de los oscuros films de satanismo y horror psicológico de la Hammer tardía, Hexecutioners plantea un terror contemplativo, psicológico y surrealista que despliega sus influencias del terror italiano hacia el final, con una secuencia final antológica, con un guiño a los mejores esfuerzos de Lucio Fulci.

4- Baskin (2015) de Can Evrenol.

El debut de Can Evrenol es una experiencia de horror sin tamizar, que maneja a la perfección sus referentes occidentales para ofrecer una historia de folklore turco de textura infernal y onírica que justifica su tendencia al gore rozando el torture porn una de esas muestras raras y  fascinantes, que ofrece el género cada mucho tiempo. Desde Clive Barker a Fulci o Argento, pasando por Zé do Caixao, este extraño, exótico, salvaje y realmente escalofriante sueño infernal no está destinado a la discusión en circuitos indies pero que muestra un pequeño pedazo de lo pudiera ser el horror absoluto.

3- The Witch (2015) de Robert Eggers.

Cuando el cine de horror consigue llevar a los gafapastas al cine es buena señal. El género, vapuleado por producciones miméticas, merece que se le rescate de la mediocridad que se instala cuando se le prostituye o no se le toma en serio. Uno de los hallazgos de este esfuerzo indie es que asusta sin utilizar ni un solo truco barato. Robert Eggers te logra transportar a una granja de Nueva Inglaterra en 1630, con la represión puritana como telón de fondo, con un cuidado por el detalle escrupuloso. Explora la naturaleza del mal, real e imaginado y consigue crear un nuevo icono del horror en esa cabra, Phillip el negro. Una película bella como un cuento de los Hermanos Grimm contado por Bergman.

2- The Conjuring 2: The Enfield Haunting (2016) de James Wan.

La continuación de la asombrosa primera parte de James Wan juega menos con el diseño sutil de sustos y prefiere invocar a los grandes referentes del terror italiano, creando una mezcla perfecta de imaginería satánica y gótica con el gusto por el carrusel del miedo del director. Ecos de Miedo en la ciudad de los muertos vivientes (Paura nella città dei morti viventi, 1980), del nunsplotation diabólico, cine de fantasmas setentero y el horror como espectáculo. Sus movimientos de cámara  elevan el género al virtuosismo aplicado a los clásicos. De culto.

1- The Wailing (2016) de Na Hong-jin.

Una de las películas de terror más importantes de esta década. Comienza como un procedural al estilo de Memories of  Murder (2003), con todos los ticks del cine policial coreano y se va enturbiando hacia el fantástico y terror satánico clásico mezclando la tradición europea del mismo con el desconocido pero muy rico universo cinematográfico del chamanismo budista, elevando un subgénero relegado en los 70 a la explotación de los Hermanos Shaw a un recital de horror teosófico oscuro, serio y terrorífico digno de William Friedkin. Una obra maestra.

MECIONES ESPECIALES

The green Room, The Hateful 8, Tale of tales, Under the shadow, Cherry tree, Friend Request, They found hell, the priests, Darling, Evolution, Curtain, The Tiger.

DECEPCIONES

Blair Witch, 31, The other side of the door, The Forest, The Monster, Beyond the Gates, Incarnate.

PARA OLVIDAR Y ENTERRAR

Yoga Hosers, Swiss Army Man, Cabin Fever (2016), The Remains, Worry Dolls, Demonic, Viral, The Boy, Regression.