Mom and Dad (2017) mini review: The Cage no logra elevar esta derivativa broma de sangre y ruido

El dúo detrás de las películas de Crank tratan de hacer una película de terror atrevida, estrafalaria e irreverente pero se percibe demasiado el intento y lo más horrible de la experiencia es su montaje y sus constantes cambios de tono que la convierten en un espectáculo violento que funcionaría solo en sesiones golfas de festival.

Una ola de parricidios en masa es la controvertida propuesta del Brian Taylor, cuyo nuevo artefacto de género está cortada por el patrón de películas como The
Crazies
(1973) o The Signal (2007), con gente
convirtiéndose en locos homicidas por las razones X. La premisa se aplica en este caso a las relaciones
paternofiliales directas. Es decir, tras un comienzo como una “zombie movie” de
tarados cualquiera lo que tenemos es una situación de gato y el ratón entre un
matrimonio y sus propios hijos. Lo bueno es que el director de Crank
(2006) se lo toma tan poco en serio que consigue inyectar suficiente caradura y
sirvengonzonería para que la enésima muestra de más de lo mismo sea, por lo
menos, dinámica durante sus 90 minutos de duración.

Con un montaje directo al impacto videoclipero su autoconsciencia es agradable, y es representada por el casting de Nicholas Cage, (que no
está tan aprovechado como se pudiera desear) y provoca los momentos de humor
bizarro más aplaudidos de la cinta. En esencia es una experiencia muy diseñada para funcionar en maratones sangrientos con un gore
incorrecto, explosivo y bastante baratuelo, que no puede, ni parece que tenga intención de hacerlo, llegar a
más que su condición de evento de usar y tirar.