Pese a que no cuenta nada nuevo respecto a la película de Guillermo Del Toro y la dirección mucho más funcional, esta nueva entrega de Jaegers VS Kaijus tiene más presente sus raíces super sentai y participa en ellas sin rubor, abrazando su naturaleza de ficción juvenil de serie B con ritmo, convicción y el sentido de la maravilla de quien agarra la caja de muñecos y hace peleas haciendo ruidos y onomatopeyas con las boca.
Nota: 65
Una de las principales reacciones a la primera película de Una de las principales reacciones a la primera película de Pacific Rim (2013) fue hacer salir del cine a los que habían acudido por el nombre de Guillermo del Toro con la sensación de haber visto algo mucho menos denso y barroco de lo esperado. “He disfrutado como un niño” era la frase más repetida con razón, puesto que la fantasía del mexicano daba exactamente lo que uno había ido a ver. Leches de monstruos contra robots. Obviamente, nos entrelazaba cables que van directos a la infancia porque era capaz de recoger la excitación primaria de hacer chocar dos juguetes hasta que uno se descuajeringa. También daba un poquito de ese Del Toro más visual y comprometido con los personajes, estableciendo un universo propio a partir de películas como (2013) fue hacer salir del cine a los que habían acudido por el nombre de Guillermo del Toro con la sensación de haber visto algo mucho menos denso y barroco de lo esperado. “He disfrutado como un niño” era la frase más repetida con razón, puesto que la fantasía del mexicano daba exactamente lo que uno había ido a ver. Leches de monstruos contra robots. Obviamente, nos entrelazaba cables que van directos a la infancia porque era capaz de recoger la excitación primaria de hacer chocar dos juguetes hasta que uno se descuajeringa. También daba un poquito de ese Del Toro más visual y comprometido con los personajes, estableciendo un universo propio a partir de películas como Robot Jox (1989) y la saga (1989) y la saga Gamera.
Parte de esa profundidad reflexiva y su barroquismo visual se han marchado con el cambio de director de Parte de esa profundidad reflexiva y su barroquismo visual se han marchado con el cambio de director de Pacific Rim: Uprising. La dirección es más endeble, el montaje mucho más vulgar y la factura totalmente impersonal, pero por alguna razón llega de sobra para el tipo de película que nos está presentando. Da la impresión de la de Del Toro fue el típico piloto de una serie dirigido por un nombre importante y el resto de capítulos ya se van improvisando sobre la estructura montada. En sus primeros compases da la impresión de que estamos viendo una secuela de los . La dirección es más endeble, el montaje mucho más vulgar y la factura totalmente impersonal, pero por alguna razón llega de sobra para el tipo de película que nos está presentando. Da la impresión de la de Del Toro fue el típico piloto de una serie dirigido por un nombre importante y el resto de capítulos ya se van improvisando sobre la estructura montada. En sus primeros compases da la impresión de que estamos viendo una secuela de los Transformers de Michael Bay, y da un poco de pavor, pero pronto la cinta entra en una dinámica de economía narrativa sorprendente, con una historia que no sorprende en absoluto pero que resuelve sus pequeños nudos de trama avanzando a base de elipsis encadenadas que no dejan tiempo para el respiro.
Pacific Rim: Uprising puede ser acusada de ser más de lo mismo pero en absoluto es complaciente, no se enamora de escenas particulares haciendo arrastrar su ritmo. Y una vez entras en su corriente de aspiraciones de serie B juvenil derivativa no te suelta hasta el final, cuando te das cuenta de que además ha sabido jugar con el humor autoconsciente, y convierte el elemento trágico de los personajes en un peaje por el que se pasa sin hacer demasiado ruido. Su planteamiento es más similar, si cabe, a las fuentes de inspiración de las que bebe, así que quitando un entrenamiento militar con una trama fotocopiada de puede ser acusada de ser más de lo mismo pero en absoluto es complaciente, no se enamora de escenas particulares haciendo arrastrar su ritmo. Y una vez entras en su corriente de aspiraciones de serie B juvenil derivativa no te suelta hasta el final, cuando te das cuenta de que además ha sabido jugar con el humor autoconsciente, y convierte el elemento trágico de los personajes en un peaje por el que se pasa sin hacer demasiado ruido. Su planteamiento es más similar, si cabe, a las fuentes de inspiración de las que bebe, así que quitando un entrenamiento militar con una trama fotocopiada de El juego de Ender (Ender’s Game, 2013) tenemos un sentai de tomo y lomo. Con presupuesto, grandes diseños y tremendas luchas entre mechas pero con la ligereza y el tono más parecido al de ese tipo de obras. Sí, también luchas entre dos robots además de contra Kaijus, pero en esta entrega se han facilitado casi todas las combinaciones de pelea posible.
Y si todas las escenas de acción están estupendamente rodadas, el factor humano también resulta consecuentemente agradable. John Boyega funciona más cuando además de payasete se pone un poco vacilón. De hecho la película tiene algunos toques macarras que hacen que camine por el humor paródico y no le habría venido mal que siguiera por ese camino hasta las últimas consecuencias. Las canciones hip hop del tráiler la habrían mejorado, pero no se han atrevido a llegar hasta el final y el toque de fanfarria épica propio del género se sigue como una dieta. De todos modos la relación de Boyega con la cadete adolescente o con el personaje de Scott Eastwood crean ciertos vínculos especiales que la confieren cierta personalidad a los pilotos, que podrían ser los dueños de la franquicia durante un par de secuelas más.
En muchos momentos da la impresión de que estamos ante una versión menor de la primera película, pero cuando avanzamos se aclaran las intenciones. En muchos momentos da la impresión de que estamos ante una versión menor de la primera película, pero cuando avanzamos se aclaran las intenciones. Pacific Rim: Uprising no es la versión barata , sino Young Adult de la anterior y, aunque para muchos eso tenga connotaciones negativas, como producto cortado bajo ese prima funciona como un engranaje. Ya quisiera el remake de de la anterior y, aunque para muchos eso tenga connotaciones negativas, como producto cortado bajo ese prima funciona como un engranaje. Ya quisiera el remake de Power Rangers adherirse al elemento definitorio de la idea (hostiarse con monstruos gigantes) con tanta efectividad y pulcritud. Respecto al arco de los personajes, hemos visto la historia del héroe redimido mil veces y también la de la joven que demuestra su talento extraordinario pese a su corta edad, pero la consiguen hacer funcionar de nuevo la frescura de los actores que los interpretan.
Fuera del ambiente de anime con vida, el mayor aporte americanizado, además de la presencia de Eastwood, es la nueva tendencia a crear un villano caricaturesco cuyo modus operandi es hackear toda una flota de máquinas automatizadas. El miedo globalizado, al dron y al control de todo lo conectado por la red, se contagia desde las películas de Fuera del ambiente de anime con vida, el mayor aporte americanizado, además de la presencia de Eastwood, es la nueva tendencia a crear un villano caricaturesco cuyo modus operandi es hackear toda una flota de máquinas automatizadas. El miedo globalizado, al dron y al control de todo lo conectado por la red, se contagia desde las películas de Kingsman, la última entrega dela última entrega de Fast and Furious y las que quedan. No es el punto fuerte del conjunto, que ofrece su mejor cara cuando se centra en esa academia de jóvenes cadetes o su protagonista, cuya sentencia en el plano final promete más aventuras de Jaegers y Kaijus, pero esta vez (SPOILERS) quizá con una dimensión aún más Heinlein/Scott Card de lo que ya deja entrever, con una visita a las dimensiones Kaiju que pueden cambiar el planteamiento radicalmente. Cuenten con nosotros.