La nueva película de los hermanos Spierig, ‘Winchester’ es un efectivo drama histórico, una adaptación más fiel de lo que parece de la historia real y una película de terror con algunos sustos rutinarios pero igualmente oportuna. Con su formato de serie b logra reflejar el fondo del dilema de las armas de fuego en Estados Unidos, adelantándose al tiroteo de Florida de 2018 y funcionando como recordatorio de las vergüenzas y la culpa de todo un imperio.
Nota.65
La historia de Sarah Winchester, la heredera de la fortuna de las armas de fuego de la casa creadora del rifle de repetición, era un material excelente para crear un filme de terror histórico puramente gótico. Sin embargo, la idea de una casa llena de habitaciones creadas para los fantasmas no se utiliza aquí como una suerte de tren de la bruja al servicio de una secuencia de videojuego en la que los personajes deben ir pasando distintos terrores para pasar con vida a la siguiente habitación. Esto no es el remake de La historia de Sarah Winchester, la heredera de la fortuna de las armas de fuego de la casa creadora del rifle de repetición, era un material excelente para crear un filme de terror histórico puramente gótico. Sin embargo, la idea de una casa llena de habitaciones creadas para los fantasmas no se utiliza aquí como una suerte de tren de la bruja al servicio de una secuencia de videojuego en la que los personajes deben ir pasando distintos terrores para pasar con vida a la siguiente habitación. Esto no es el remake de House of Haunted Hill (1999) ni esos divertimentos de la productora Dark Castle. De hecho el terror está muy suavizado y casi relegado a un puñado de sustos no muy bien ejecutados que resultan ser lo peor de la película.
Se nota una obligación para justificar la venta como una consecuencia más del universo James Wan, terror con clasificación PG-13, que limita la violencia a lo meramente alusivo, como disparos que no salpican sino que hace caer muerta a la gente sin grandes explosiones de sangre. Además los Spierig no tienen la capacidad de planificación del director Se nota una obligación para justificar la venta como una consecuencia más del universo James Wan, terror con clasificación PG-13, que limita la violencia a lo meramente alusivo, como disparos que no salpican sino que hace caer muerta a la gente sin grandes explosiones de sangre. Además los Spierig no tienen la capacidad de planificación del director de Expediente Warren (The Conjuring, 2013) y sus intentos por elaborar sustos se notan forzados y demasiado obvios. Aunque estos se concentran principalmente en los primeros compases, da la impresión de que el elaborado complejo de habitaciones y el siniestro emplazamiento daban para algo más en ese sentido. Sin embargo, las expectativas pueden enturbiar lo que realmente busca (y consigue) la película, crear una historia compleja y con líneas argumentales sólidas basadas en la verdadera historia, personalidad y motivaciones de la mujer que creó la casa maldita más sorprendente de Estados Unidos.
Peter y Michael Spierig son dos directores tan irregulares como sorprendentes. En sus películas, sean más exitosas o no, siempre hay un ángulo de creatividad e ideas que normalmente no se adaptan a ninguna corriente específica. En ‘Winchester’ escriben el guion junto a Tom Vaughan para ofrecer un cuento de casa embrujada de la vieja escuela, sin recurrir a elementos visuales aparatosos, construyendo y desarrollando una historia que se centra principalmente en los diálogos y los personajes y que tiene su raíz, ante todo, en un elemento de malestar moral y político que ha perseguido a los Estados Unidos desde hace mucho tiempo, pero que hoy es más relevante que nunca.
La acción se desarrolla en 1906. Helen Mirren interpreta estupendamente a Sarah Winchester, una mujer rica que mantiene su mansión en San José, California, en un constante (literalmente) estado de construcción. Desde un pequeño villorrio de ocho habitaciones fue agregándole habitaciones e historias, basadas en sus propios diseños, que le entregaba a los arquitectos después de tener visiones nocturnas. El resultado era en una mezcla imposible de estilos, acertijos, pasadizos ocultos, pasillos ciegos y escaleras retorcidas en sí mismas. Es sorprendente que toda esa parte de la historia sea verdadera, esa misma casa es a día de hoy una atracción turística e incluso el terremoto de San Francisco al que se referencia la película tiene su correspondencia en hechos reales.
Todo el drama que se desarrolla parte de la muerte de la hija de Sarah Winchester en la infancia, seguida por la de su marido, que se marchó siendo joven. La parte del mito original sostiene que ella se consideraba maldecida por los espíritus de aquellos que murieron por los disparos de los productos de Winchester, y que su renovación obsesiva de la casa era una forma de expiación, por orden de los espíritus que exigían que los protegiera. Los gemelos Spierig toman este cuento al pie de la letra y le añaden aspectos sobrenaturales que representan la materialización de esa maldición.
Además, la trama se completa con la visita de un joven doctor de San Francisco, Eric Price (Jason Clarke), un adicto al láudano de luto por su difunta esposa, Ruby (Laura Brent), contratado por un empresario sin escrúpulos para emitir un informe sobre el estado mental de la heredera para dirigir la empresa, con el objetivo, claro, de poder apropiarse de sus acciones. Eric se enfrenta a los típicos golpes misteriosos golpes y apariciones repentinas propias de una historia así, pero también crea una relación curiosa con Sarah, coronadas por sesiones dialécticas que no tienen lugar en la mayoría de películas de terror al uso, dando un cariz de cine fuera de modas, casi de aspecto noventero, con estoicidad de las buenas películas televisivas de terror de los setenta que basaban sus fortalezas en la solidez argumental y el ritmo.
Cuando Eric merodea de noche, en partes de la casa prohibidas, la película despliega más ideas visuales, como los éxtasis de visiones de Winchester en los que dibuja compulsivamente en los que se derrama el microcosmos sociopolítico de la película: la conexión de Sarah con los espíritus de las víctimas de las armas de fuego de los rifles que hicieron sus fortuna. La investigación documental de voluminosos archivos y recortes de periódico sobre asesinatos de armas le pone en contacto con los espíritus que le aconsejan y ordenan reconstruir las habitaciones en las que fueron asesinados. Y es en ese interesante entramado donde conocemos a una némesis más violenta y furiosa, que recuperan el poco utilizado tropo del fantasma de la Guerra Civil en el cine de terror norteamericano.
Concepto presente en películas como Concepto presente en películas como The Supernaturals (1986) (1986) The Offspring (1987) o la aterradora (1987) o la aterradora Gritos de muerte (Dead Birds, 2004), la base del gótico espectral americano debería tener sus raíces en su pasado sanguinario y los Spierig también representan, brevemente, a otras víctimas de las armas como nativos americanos y negros esclavos, presentes como silenciosos centinelas de la injusticia. Los espectros son representados de forma convencional, sin muchos alardes de efectos digitales y con claridad expositiva que trasciende los sustos iniciales para formar parte activa de la historia. ‘Winchester’ una película sobre la política estadounidense con un mensaje contundente sobre la maldición nacional de las armas de fuego y la incapacidad de separar las vergüenzas de los intereses, de la necesidad de regulación a los capotes al lobby armamentístico. Pero además habla sobre la ira destructiva de una américa Confederada que no es capaz de olvidar su derrota y que aún a día de hoy crea diferencias palpables entre el norte y el sur. Por ello, también sirve como una película educativa, un documental que sirve de reflejo refractado de problemas reales a través de lo fantasmagórico.