Verano de terror en Netlix (2021) especial: De ‘Fear Street’ a ‘Red Blood Sky’


Julio es un mes dedicado a los grandes estrenos en salas de cine y blockbusters para toda la familia, pero también ha sido el mes elegido por Netflix para desplegar una buena cantidad de estrenos de terror para saciar la sed de sangre, asesinos, brujas, vampiros y sectas del fan del género. Comentamos, título a título, sus producciones originales que llegan al catálogo los próximos 30 días.

TRILOGÍA FEAR STREET


Fear Street: 1994 (2021) 75/100

Estreno 2 de julio


El divertidísimo inicio de la trilogía de terror de Netflix actualiza la famosa colección de libros de R.L. Stine para la era Stranger Things (2016-) sin llegar realmente a adaptar ninguno en particular. Más el primer acto de una gran película de seis horas, la historia que plantea es completamente nueva, pero tiene todos los elementos típicos de la literatura young adult del creador de Goosebumps. La ambientación de los 90 es un poco disimulado ejercicio de nostalgia no culpable, aprovechando su punto de partida para proponer una carta de amor a Scream (1996) con twist sobrenatural que funciona un poco como slasher, en el que no faltan muertes con bastante gore –muy sorprendente para estar dirigido a adolescentes– y película de terror cajón desastre, en donde caben maldiciones centenarias, poseídos y experiencias al borde de la muerte que guiñan el ojo a Flatliners (1990).

Este primer encuentro con la trilogía muestra un acabado algo televisivo que revela más un concepto de miniserie en tres piezas que de algo que pudiera estrenarse en el cine, algunos desajustes de postproducción y uso dudoso de la música de Marco Beltrami en ocasiones deja la impresión de prisas en el acabado. Pero la directora Leigh Janiak, que ha completado la trilogía completa, entiende los mecanismos del género como diversión despreocupada, con violencia irreverente y el uso de las canciones de la época con intuición e intencionalidad. Fear Street también añade elementos al material original, con ciertos detalles sobre clase y ocurrencias atrevidas que demuestra por qué el slasher juvenil de los 90 le debe mucho a series literarias como la homónima, captando las claves del género que ayudó a expandir Kevin Williamson, muy influenciado por las dinámicas del terror de instituto de Stine o Lois Duncan.

Fear Street 2: 1978 (2021) 90/100

Estreno 9 de julio


Con la segunda entrega de la trilogía basa en los textos de Stine queda claro que cada una de las películas no son sino la consecución de una misma historia dividida en tres actos que descubren distintos secretos de la maldición de Shadyside y Sunnyside, algo que incide en la idea de que, en realidad, puede verse todo el evento como una miniserie dosificada en píldoras de casi dos horas, una duración que podría hacerse pesada en un producto de estas características, pero que funciona como un tiro, en especial en este segmento ambientado en los 70. Fear Street parte 2 cuenta la historia de la superviviente que conocimos al final de la anterior, interpretada por Sadie Sink, haciendo a la anterior mejor, desarrollando la historia en el campamento Nightwing, el lugar de vacaciones para los jóvenes Shadysiders, donde las actividades al sol pronto se teñirán de sangre cuando uno de los residentes empieza a asesinar a sus compañeros.

En una clara reinterpretación juvenil de los slashers de la época dorada del género en campamentos de verano como Friday the 13h (1980), The Burning(1981) y Sleepaway camp (1983), Leigh Janiak ofrece un episodio brutal, mucho mejor terminado que 1994, aumentando los litros de sangre y, sorprendentemente, también de sexo, haciendo que el espíritu de final de década huela a borrachera nocturna, chustas a escondidas y sangre. Con un body count aún más generoso – incluido el tabú infanticida– y un ritmo incesante, la historia de la maldición se expande con elementos fantásticos de pura lógica Stine: apariciones, cuevas ocultas y misteriosas masas viscosas se unen a los asesinos posesos en la mejor entrega de la trilogía. Es uno de los pocos regresos al subgénero que realmente ofrece una fiesta sin arrugarse en último momento como la serie Dead of Summer (2016), sin guiños y humor que pretenda estar por encima del material que visita como American Horror Story 1984 (2019) o The Final Girls (2016). Además, de nuevo hay un genial uso de la música de la época con intenciones concretas, haciendo un eco brillante con cierta canción de David Bowie que hacen de este nudo un fantástico refresco de sangría en el cine de terror en el que parece que hasta sus creadores solo buscan pasarlo bien.

Fear Street 3: 1666 (2021)

Estreno 16 de julio

El capítulo final de la trilogía vuelve a utilizar el flashback para llevarnos a 1666 y mostrarnos el origen de la maldición de Sarah Fier revelando todos los secretos que cierran el círculo, haciendo de los tres episodios una historia completa sólida y llena de vasos comunicantes. En esta ocasión regresamos a Shadyshide cuando apenas es una colonia en la que empiezan a pasar cosas extrañas, siguiendo la pauta de los relatos clásicos de caza de brujas como El Crisol (1996), con la influencia inevitable de The Witch (2015) o la serie Salem (2014-2017). Esto da un cambio de pauta muy curioso, con algunos momentos realmente turbios para un film dirigido a público adolescente. Además, hay algunas sorpresas y la historia se cierra de forma bien entretejida junto al resto de líneas temporales, con una coda quizá menos sangrienta pero que logra cuadrar muy bien todos sus elementos y personajes para cerrar uno de los experimentos más estimulantes del cine de terror reciente, solo posible gracias a su vía de estreno en plataformas.

THE 8TH NIGHT (2021) 60/100

Estreno 2 de julio


Un trepidante bolsilibro de investigación criminal y fantasía oscura lleno de magia negra, chamanes, talismanes y poseídos, con algunos detalles inquietantes que la acercan al terror coreano sobrenatural que funcionan de forma desigual a causa de su factura modesta. La historia de un monje que tiene un pasado fue exorcista a la caza a un espíritu milenario que está poseyendo a humanos durante siete noches, buscando su octava víctima para desatar el infierno en la Tierra es dirigida y escrita por Kim Tae Hyung con eficiencia de K-Drama –a veces parece como una historia perdida de la serie The Guest (2018), pero con efectos especiales digitales que no están demasiado bien acabados– no hay nada especial en la puesta en escena pero logra mantener su historia siempre interesante, con una relación entrañable entre el monje y su alumno, pese a que algunas inclusiones, como un fantasma en busca de retribución, entorpecen la buena mezcla entre el thriller procedimental tradicional y el fantástico. Para incondicionales del pulp coreano y fans de The Wailing (2016) que quieran ver cómo su éxito se sigue perpetuando.

A CLASSIC HORROR STORY (2021) 60/100

Estreno 14 de julio

Una misteriosa producción italiana que Netflix definía como un cruce entre ‘Midsommar’ y ‘La matanza de Texas’ y que supone el regreso del país del pomodoro a lo que mejor sabe hacer: rescatar éxitos del cine de terror internacional e inventar la forma para replicarlos sin ninguna vergüenza aumentando las dosis de sangre y explotación. En este caso, la premisa no iba desencaminada, con un argumento arquetípico de cinco desconocidos que viajan por el sur de Italia para llegar a un destino en común. Cuando la caravana en la que viajan tiene un accidente, quedan atrapados en un bosque donde deben luchar desesperadamente para escapar.

Dirigida y escrita por Roberto De Feo, quien estrenó el año pasado Il Nido (2019), y Paolo Strippoli, A Classic Horror Story es un revuelto consciente de decenas de películas de terror recientes, pero que pone su mirada en el torture porn de la década pasada pero sin llegar a ser el despiporre de gore que promete, incluso con algunas muertes en plano general y un interés extraño en estilizar la imagen para crear paisajes de pesadilla a plena luz del día, con algunos añadidos de la cultura local, con muchos planos calcados a la película de Ari Aster pero con una irónica relectura de lo que significan las “sectas” en el sur de Italia. También ofrece un ángulo metacinematográfico un tanto pobre, jugando incluso con su identidad de película Netflix pero sin ningún comentario afilado que haga meritoria su extraña experiencia de desmitificación. Como un Frontieres (2008) aligerado y algunos elementos de terror de cultos sin llegar a desmelenarse nunca, da esperanza ver de vuelta el descaro del terror a la calabrese, pero parece demasiado encorsetado por una vocación de hacer algo más solemne de lo que le corresponde.

BLOOD RED SKY (2021) 50/100

Estreno el 23 de julio


La premisa de esta película de terror alemana no podía ser más interesante, una mujer con una misteriosa enfermedad se ve obligada a actuar cuando un grupo de terroristas intenta secuestrar un vuelo transatlántico nocturno. Para proteger a su hijo tendrá que revelar un oscuro secreto, y desatar su monstruo interior (que todos sabemos cuál es por las imágenes promocionales). Peter Thorwarth, director de la famosa The Wave (2008), hace una especie de híbrido entre Passenger 57 (1992) y el final de 30 Days of Night (2007), pero aunque la trama está bien llevada y no hay nada especialmente sorprendente o vibrante, aplicando una frialdad poco recomendable a un thriller de vuelos en peligro y terror. Su estética visual recuerda demasiado a las producciones alemanas para las tardes de fin de semana en el peor de los sentidos y no hay un desarrollo trepidante a lo Executive Decision (1996) o elementos de vampiros y terror que mejoren lo visto en Monster Squad (1987), cuando Drácula era transportado en un avión con resultados letales, The Night Flyer (1997) y el chupasangre de Stephen King que se desplaza en avioneta o el episodio piloto de The Strain (2014) que imitaba la llegada del Démeter a Whitby con un Boeing desolado. Sabe a poco, pero quizá la culpa sea de que la trilogía Fear Street le ha puesto el listón muy alto.

Jorge Loser