A su paso por el Festival de Sundance, «Nación salvaje» se convirtió en la puja más elevada realizada durante todo el evento, lo que la ha convertido en una de las producciones más comentadas de la temporada. Lo cual era la intención de su máximo responsable, Sam Levinson, que ha intentado reflejar en toda su crudeza, y con mucho humor negro, la sociedad post-internet.
2018
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En realidad, Nación salvaje surgió de las dudas como padre de Sam Levinson, poco antes del nacimiento de su primer hijo. En esa etapa de readaptación existencial, el director y guionista empezó a reflexionar sobre «a qué clase de mundo estaba trayendo a esta persona. Pensaba en lo difícil que es ser joven ahora, cuando cada mínimo error que cometes queda documentado para los restos. Un encuentro extraño, una mala foto, un intercambio de mensajes íntimo… Todo se convierte en munición para humillar». Lo que le llevó a plantearse un par de cuestiones creativas que dieron forma a la película: «¿Cómo hace una película que emule la volatilidad emocional de internet? ¿Cómo podría convertir internet en un género en sí mismo?».

Eso le llevó a intentar abordar «quiénes somos cómo nación, cómo el anhelo de nuestra sociedad por el ocio, la humillación y la violencia se ha sobrepuesto a nuestro instinto de supervivencia», lo que derivó en «una película llena de ira, impactante y siniestra, pero así es el mundo ahora mismo». En apenas tres semanas y media, Levinson escribió un guión que cuajó «en cuanto visualicé que las cuatro amigas protagonistas iban a unirse y contraatacar». Para lo cual se inspiró en el subgénero de las sukeban, las delincuentes femeninas japonesas, sobre todo por «su forma de mostrar abiertamente la furia adolescente», si bien, al mismo tiempo, «hay algo realmente melodramático en ellas, un aspecto inusual y que yo quería transmitir: las causas de esa furia, muy reales, y los límites adonde estas chicas la llevan, que es lo fantasioso». Más concretamente, asegura que se fijó en Female Prisoner #701: Scorpion, en la saga Stray Cat Boss, así como en Delinquent Girl Boss: Worthless to Confess, a la que homenajeó copiando las gabardinas rojas de sus protagonistas.

 

Histeria colectiva

Lily (Odessa Young), Bex (Hari Nef), Em (Abra) y Sarah (Suki Waterhouse) son cuatro alumnas de último curso de instituto en la ciudad de Salem que, como cualquier estadounidense de su generación, apenas conciben que, unos años atrás, no existiera el concepto de vida on-line. Pero esa burbuja explota violentamente cuando alguien hackea los teléfonos de miembros destacados de la comunidad, y un torrente de mensajes y fotos comprometedoras acaba aireándose en la esfera pública.

El primero en ver revelados sus secretos es el alcalde Bartlett (Cullen Moss), seguido por el director del instituto, el Señor Turrell (Colman Domingo). En un colosal y desbordante vertido de datos, media población acaba estigmatizada, incluso la propia Lily, a quienes muchos señalan como responsable del ataque, convirtiéndose en el objetivo de la masa enfurecida. Así que, junto a Sarah, Em y Bex, tendrán que tomar cartas en el asunto para defenderse de la creciente violencia que les rodea. Levinson señala que quería crear «a cuatro chicas humanas, caóticas y que cometen errores. Pero también quería convertirlas en heroínas que reescriben su propia historia a su modo, para brindarles la ocasión de labrarse una realidad diferente».

Claro está, no es casualidad que Nación salvaje transcurra en Salem, donde se produjeron los tristemente famosos juicios a supuestas brujas que se produjeron a finales del siglo XVII: «Hay un paralelismo, en cuanto a que es una ciudad que ha perdido el norte y ha arremetido contra gente inocente. Pero sobre todo, visualicé Salem como un pueblucho del corazón de América». No obstante, a pesar del contexto caótico y pasado de vueltas, Levinson no ha querido convertir a sus protagonistas en objetos porque «uno de los temas de la película es la explotación, y no quería que el público mirase a través de esa lente. Quería dejar claro que internet ha cambiado el modo en que hablamos de sexo y cómo ha vulgarizado las cosas».

 

Dedo en la llaga

Una de las protagonistas, Nef, dudó cuando le llegó el proyecto de Nación salvaje, porque «al principio pensé que sería el típico hombre blanco, hetero y cisgénero tratando de escribir una película rompedora sobre adolescentes. Sin embargo, lo que había escrito me pareció increíblemente real. Me surgieron mil preguntas, pero Sam me abrió las puertas desde el primer día. Quería que le dijéramos todo lo que pensábamos». También Young tuvo una reacción similar: «Me sentí sobrecogida por la claridad de visión de Sam. Sobre el papel, es la historia de unas adolescentes luchando contra su pueblo, pero cuanto más lo analizas, más te das cuenta de que la maquinaria cultural actual funciona totalmente en su contra. Me encanta que combatan todo eso».

Precisamente, lo más interesante del planteamiento feminista de Levinson es la capacidad para entender la raíz del problema a un nivel cultural, casi como barrera generacional y una etapa muerta del siglo XX rebelándose contra algo que no entiende. Las digresiones sobre la privacidad en la red y la consecuente transparencia de las próximas generaciones.se definen en una serie de definiciones ilustradas de muchos de los grilletes con los que se encuentran las adolescentes en una etapa en la que, para toda una generación, la exposición de la privacidad o el libertinaje sexual forma parte del su día a día, de tal forma, que sienten que no tienen nada que esconder. Toda su primera mitad aprovecha el emplazamiento en Salem para hacer un paralelismo con la clásica trama de El Crisol, con su misma paranoia colectiva, interrogatorios con falsas acusaciones y puritanos convergiendo en soflamas inquisidoras. Conforme salta hasta una situación más distópica y ultraviolenta, Assassination Nation nunca llega a volverse realmente loca, lo que debería ser una explosión final se convierte en una anticlimática verbalización del subtexto que se convierte en una secuela más de The Purgue: La noche de las bestias que se preocupa más de subrayar su manifiesto que de crear una provocación real, de desatarse como el crescendo pedía. Por ello, aunque se percibe como una obra necesaria, también deja la impresión de que tiene demasiado interés en convertirse en cinta de culto, pasto de gifs de Tumblr, que en una obra realmente comprometida con remover conciencias.

Curiosidades sobre la película

Dentro de poco tendremos algunas curiosidades

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