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Horror Hotel aka City of the Dead (1960) review

Horror hotel es una de esas joyas perdidas de los años 60 que no parecen pertenecer a la época en la que fueron rodadas. Su posición dentro de la historia del género no goza de un gran reconocimiento, pero todos los elementos del cine satánico posterior ya estaban aquí.
1960
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Horror Hotel aka City of the Deadl

Aunque El hotel del horror abre con una escena de una bruja en la pira, maldiciendo a descendientes varios, su trama no se centra en la venganza de la bruja sobre estos, como hacía Barbara Steele en La máscara del demonio (1960), estrenada poco después que esta en Inglaterra. No cabe duda es que si hay una película que es pionera en brujas reencarnadas y aquelarres satánicos en pueblos de Nueva Inglaterra es esta. Miembros de un culto, camuflados en trajes de respetables habitantes de pequeños pueblos e imaginería gótica al máximo volumen. Ingredientes que el terror Italiano que usualmente lo diferenciaban del británico, que explotaría al máximo en los sesenta, y que se siguen viendo claramente en películas como Paura Nella Citá dei Morti Viventi (1980) de Lucio Fulci.

Tienes a Christopher Lee haciendo de villano, uno de los más inquietantes de su carrera, pero no es una película de Hammer. Quizá por ello cuesta ver a este pequeño clásico en las listas de lo mejor de cine de terror, no pertenece a ningún grupo al que adscribirla, y por ello ha quedado un poco a merced del descubrimiento clandestino y la reivindicación puntual, como sucede en este especial canino. La mayoría de críticas hacia esta obra se han centrado en el guion. La predictibilidad de muchos acontecimientos, las altas tasas de coincidencia, un argumento que crea un loop de repetición obvio… para el que suscribe esos supuestos errores están en consonancia con la idea de condenación eterna que evoca.

La estructura del film da un giro radical de la que no debería dar ninguna pista, pero lo importante es que crea una situación en el que un personaje vuelve a encontrar la misma situación vivida por otro personaje paso por paso. Las mismas figuras siniestras en la carretera –hola, En la boca del miedo (1994)–, los mismos vecinos mirando fijamente a los extraños del pueblo, y otra serie de elementos de pura atmósfera que crean una sensación de inevitabilidad casi fantástica, además de una cualidad de pesadilla irreal que comparte con El Carnaval de las almas (1962).

La niebla perpetua y la descripción perfecta de lo que debe ser un pueblo fantasma y embrujado es un precedente de la saga Silent Hill, velado o no, pero definitivamente, fundamental en la traslación fílmica de Christophe Gans. Sus siluetas a contraluz, con cruces del cementerio en puro contraste tienen una cualidad expresionista que, unido a la economía de diálogos y el silencio perpetuo, explican que la trama es lo de menos, El hotel del horror es un triunfo estético de ambientes y sensaciones en el que la maldad es una presencia. Es un clásico de tal calibre que da vergüenza que no se encuentre en apenas ninguna lista de lo mejor del cine de terror cuando podría/debería estar al menos entre las veinte mejores obras. Su director, John Llewellyn Moxey dirigió alguna buena película para televisión durante los setenta, pero no consiguió acercarse el nivel de esta obra maestra. Milton Subotsky  y Max Rosenberg, productores de esta, unirían fuerzas para crear la otra casa del terror británica, Amicus productions.

Horror hotel es una de esas joyas perdidas de los años 60 que no parecen pertenecer a la época en la que fueron rodadas. Su posición dentro de la historia del género no goza de un gran reconocimiento pero podría competir con cualquier obra del mejor Mario Bava en la cinematografía fantástico terrorífica europea. No es extraño no sorprenderse al saber que City of the dead es un producto de la productora Vulcan Pictures, donde se forjarían los cimientos para una productora tan conocida como la Amicus. La escena que abre la película, una quema de brujas en una ciudad de nueva Inglaterra, guarda un parecido asombroso con el clásico del mismo año La Masschera del Demonio (1960) de Mario Bava. Durante su desarrollo se encuentran muchas semejanzas estéticas con el director italiano, pero en especial la atmósfera de irrealidad que fluye en el pueblo que recuerda, por ejemplo, a la de Operación Paura.

La trama sigue un patrón estructural muy similar a la fundamental Psicosis (Psycho,1960) en la que la supuesta protagonista desaparece de la historia bien entrada la película, dando un pequeño giro argumental sin que apenas se altere el ritmo. Es una coincidencia hacer desaparecer a la protagonista principal pasada la primera media hora de película para que durante el resto de la película, pero que sean su hermano y novio quienes la busquen o que la rubia protagonista también es asesinada en un motel es… brujería. La historia de cultos satánicos y brujería retrae al universo del maestro H.P. Lovecraft en su exposición. Un pueblo largamente olvidado, poblado por brujos que vuelven a la vida gracias a un pacto con el diablo que ha condenado el lugar con una maldición de cientos de años.

La sensación de deslocalización y aislamiento del resto del mundo, lo maligno y misterioso, incluso lo onírico se percibe en Withewood al igual que en los pueblos imaginarios de Dunwich o Insmouth. La hermosa fotografía en blanco y negro, muy contrastada, ayuda a destacar la continua presencia de la niebla, añadiendo un matiz fantasmagórico al escenario donde aparecen los extraños habitantes de pueblo, cuyas apariciones resultan verdaderamente escalofriantes incluso viendo la película hoy en día. La presencia de estos habitantes espectrales forman uno de los numerosos puntos de unión con otro clásico de la época: El Carnival of Souls (1962), cuya atmósfera es en ocasiones muy deudora de City of the dead. Pese a que en algunos momentos la banda sonora no le hace demasiado bien a la cinta, y en otros hay alguna pequeña inconsistencia en el guion, la película permanece como un compacto relato de horror que dado su corto minutaje resulta un ejemplo especialmente conciso de cómo se puede hacer funcionar un film sin dejar de incorporar elementos ajenos a la trama. Uno de sus puntos fuertes es la memorable interpretación de Cristopher Lee, que aunque no ocupe un papel protagonista, resulta clave para el devenir del argumento y podría estar al lado de las mejores recreaciones de villanos de su primera etapa. Horror hotel , pese a su pequeño presupuesto, nos deja un buen puñado de imágenes fascinantes, a veces aterradoras, que elevan de categoría a lo que podría haber sido un título más de la segunda división del fantástico británico resultando un estimulante descubrimiento que aún sigue teniendo influencia en algunos de los horrores más populares que se estrenan en cartelera como La película basada en el videojuego Silent Hill (2006), que presenta muchísimas similitudes formales y argumentales ; en especial la situación fantástica del pueblo en un extraño limbo mágico y su característica bruma. También el trasfondo argumental con caza de brujas de fondo que se permite imitar algunos planos del comienzo de City of the dead.

Curiosidades sobre la película

Dentro de poco tendremos algunas curiosidades

Trailer

Fotogramas

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