Candyman (2021) review

El nombre de Jordan Peele empieza a aparecer en más proyectos como productor que como director y, tras impulsar la serie «Territorio Lovecraft» en HBO, recupera el clásico «Candyman, el dominio de la mente» coescribiendo y produciendo una secuela espiritual del film de Bernard Rose, una nueva muestra de la longeva historia de amor del escritor Clive Barker y el cine.
2021
/10
candyman (5)

El papel de los cineastas afroamericanos en Hollywood desde los primeros días del cine mudo a la ruptura de muchas barreras en el siglo XXI lleva consigo una historia de marginación que empieza en los actores. Uno de los momentos clave para la representación llegó en el cine de terror, cuando George A. Romero convirtió en héroe de La noche de los muertos vivientes al actor Duane Jones. Cuando en 1990, el director produjo y escribió su propio remake, colocó en el mismo papel a un joven llamado Tony Todd, que dos años más tarde protagonizaría Candyman, el dominio de la mente, creando uno de los villanos más icónicos y carismáticos del género, que resultaba ser afroamericano, lo que le llevó a convertirse en todo un antihéroe del denominado Horror Noire. El paso del tiempo ha ido cambiando la percepción de la película, desde la atracción inicial de leyenda urbana a su conexión con la historia de fantasma vengativo clásica, en la que un crimen horrendo genera un vórtice de venganza sobrenatural. La diferencia con un cuento tradicional es que aquí el crimen original nos lleva a la esclavitud, con lo que la rabia del fantasma representa la de toda una comunidad racial, creando un monstruo trágico y con matices cuya esencia conecta con el fantástico de la literatura de Toni Morrison, en la que Jordan Peele encuentra una vía para incluirla en su imaginario. «Es una de las pocas películas en el género de terror en los 90 que exploró algún aspecto de la experiencia negra cuando yo era niño. Fue un ejemplo icónico de representación en el cine y una película que me inspiró. Tenemos una idea para reinventar esa historia.» explica el director de Déjame salir a «Cheatsheet».

Candyman es una de las más conocidas adaptaciones de los relatos contenidos en Los libros de la sangre de Clive Barker, pero ha tenido otras adaptaciones modernas no tan conocidas como El vagón de la muerte (2008), uno de los mejores relatos de Barker convertido en una odisea urbana llena de set pieces de gore demencial orquestado por la delirante puesta en escena de Ryuhei Kitamura. Dread (2009) trataba sobre un estudiante de la filosofía obsesionado con sus propias pesadillas, que lleva a cabo una serie de experimentos del sueño con gente, que acaban de forma peligrosa. Book of Blood (2009) tomaba dos relatos de los libros de la sangre como entrada al universo extremo de Barker, con realidades perversas, sueños húmedos y escalofriantes visiones que se completan en Books of Bood (2020), la última adaptación de la antología, un combo de tres cuentos que Hulu ha condensado en un film tras descartar convertir los libros en una serie.

A pesar de haber coescrito el guion, Peele decidió ceder la silla de director a Nia DaCosta, autora del drama criminal Little Woods. La realizadora tuvo afinidad por las películas de terror desde muy joven y su obsesión por el género incluía también a Candyman con lo que a la hora de afrontar el trabajo se encontró con «tantos puntos de vista, expectativas, y presión que la combinación de mi propia visión de friki y ser la narradora hizo que fuera más fácil clasificar lo que era necesario desde un punto de vista del fan y el de contar una gran historia. ¡No son mutuamente excluyentes!», explicó en una sesión de tuits en directo en sus redes. Candyman es el cuarto film de la franquicia tras el original y sus dos secuelas y la MPAA le asignó a la película una calificación R por ‘violencia sangrienta de terror, y lenguaje que incluye algunas referencias sexuales’.

La directora es consciente del peso de la marca, pero encontró que la posibilidad de explorar los temas relacionados con la cuestión racial era inevitable. «Los años que han pasado nos han dado la oportunidad de profundizar en ideas que ya estaban ahí. En la original hablaban de los nuevos edificios que se construyen y la forma errática en que se configuran esos barrios de rascacielos para la clase media. Pero también queríamos traer de vuelta la diversión original. Es genial hablar de cosas relevantes, pero es una película de terror después de todo, una audaz y divertida, pero también significativa, como la primera», relata DaCosta a «Vulture», tras revelar que sus influencias de terror son The Fly, Rosemary’s Baby y Jurassic Park.

Di mi nombre

Los bloques de viviendas del vecindario Cabrini Green de Chicago han sido aterrorizados desde hace años por una historia de fantasmas que va de boca en boca, sobre un asesino sobrenatural con un gancho en la mano, fácilmente convocado por aquellos que se atreven a repetir su nombre cinco veces en un espejo. Una década después de la demolición de la última de las torres Cabrini, el artista visual Anthony McCoy (Yahya Abdul-Mateen II) y su novia, la directora de galería Brianna Cartwright (Teyonah Parris), se mudan a un lujoso apartamento en Cabrini, ahora gentrificado. Con la carrera de pintura de Anthony al borde del estancamiento, un encuentro casual con un veterano de Cabrini Green (Colman Domingo) expone a Anthony a la horrible tragedia detrás de la verdadera historia de Candyman y, ansioso por mantener su estatus en el mundo del arte de Chicago, comienza a explorar los macabros detalles de la leyenda en su estudio como inspiración fresca para pinturas, abriendo sin saberlo una puerta a un pasado complejo que desentraña su propia cordura, desatando una ola de violencia terrible.

La fecha original de estreno en Estados Unidos era el 12 de junio de 2020, pero debido a la pandemia de COVID-19, se retrasó hasta el 16 de octubre de 2020 y luego a 2021.Tras la muerte de George Floyd en mayor de 2020, la película se postula como una representación del sentimiento Black Lives Matter, y Nia DaCosta presentó, a modo de teaser de su película, una inquietante animación realizada con siluetas de papel con el origen del asesino sobrenatural, presentado con un doloroso contexto histórico, acompañado de un metafórico mensaje a favor del movimiento Black Lives Matter. «Candyman, en la intersección de violencia blanca y dolor negro, es sobre mártires involuntarios. La gente que eran, los símbolos que los convirtieron en los monstruos que nos dijeron que debieron ser». Con este mensaje, la directora de Candyman deja claras las intenciones del film: en sus manos, la historia de Clive Barker vendrá cargada de temas relevantes sobre racismo e injusticia social, apuntados ya en la primera adaptación, pero que ahora parecen seguir el paso que marca el espíritu de un nuevo florecer del cine de terror afroamericano.

El resultado es una rotunda secuela que reinterpreta el mito con una dirección llena de matices especulares que sirve como manifiesto slasher del trauma racial lleno de ideas visuales, body horror y deliciosas sombras chinescas, en fascinantes secuencias de siluetas de la artista Kara Walker que narran tanto la historia de Daniel Robitaille como la de casos reales de brutalidad policial o vergonzosas injusticias raciales como la intolerable ejecución de George Stinney Jr., de 14 años. La directora ratifica el fenómeno del género reapropiándose de un clásico, expandiendo sus ideas sobre gentrificación y condensando las leyendas urbanas con el legado de dolor para fabricar un monstruo trágico, atemporal, totalmente relevante y válido en 2021 partiendo de una espiral de decadencia similar a The Fly de Cronenberg, con temas comunes con la obra de Barker en su sentido más amplio, haciendo paralelismo con la obsesión del protagonista de Midnight Meat Train aplicado a la inspiración artística. Se ambienta en el clasista mundo artístico del Chicago gentrificado, significando su crítica a través del ridículo y la sangre de la frivolidad de las galerías, pero diferenciándose del retrato de Velvet Buzzsaw llevando su sátira a los conceptos de apropiación cultural, enfocando al personaje a través de su poder en los espejos, llenando la pantalla de ellos en la gran mayoría de escenas. A veces las apariciones del personaje se esconden en los reflejos de forma oblicua y de reojo. Todo lo que ocurre en la película gira a su alrededor.

Curiosidades sobre la película

Dentro de poco tendremos algunas curiosidades

Fotogramas