El autor catalán Marc Pastor ha ido ganando cierta notoriedad con su obra literaria y, en parte, fue gracias a la publicación de su tercer libro en 2011. El año de la plaga, fue un éxito de ventas que cogió por sorpresa al autor, que se inspiró en el tono de las adaptaciones cinematográficas de la novela de Jack Finney Los ladrones de cuerpos. Ahora, las páginas de la novela cobran vida en una coproducción entre España y México que supone el retorno a la gran pantalla de su director, Carlos Martín Ferrera, quien llevaba siete años sin dirigir, tras Suspicious Minds y Zulo. Para él «adaptar una novela ya es de por sí complicado, y requiere de mucha responsabilidad» comenta al blog «La Abadía de Berzano», apuntando que el papel y la pantalla son dos medios diferentes, por lo que hubo que realizar algunos ajustes en la adaptación al cine. «Ni siquiera los grandes directores han sido fieles del todo a las novelas, y nunca va a estar todo el mundo satisfecho, nunca. Siempre sacrificas cosas que en el libro están muy bien, pero que en una película no pueden hacerse».
Pese a que el anterior trabajo del director se movía alrededor del thriller psicológico, con temas más bien turbulentos, sorprende que el camino para llevar un texto con bastante carga sombría a un terreno más ligero. «Cuando me pasaron el guion mantenía el espíritu, aunque en aquel momento quizás alguna parte era más oscura; después se hicieron más versiones, quitándole oscuridad y seriedad, y tirándolo más hacia la comedia», recuerda el director, quien tenía que enfrentarse a cómo las particularidades de un producto tan identificable como las invasiones silenciosas colisionan con la forma de entender el género en España.
Para encontrar un tono en el que pudieran convivir dos miradas distantes, trató de inspirarse «en películas pequeñas, en donde el tema de los personajes tiene mucho peso y todo lo que ocurre a nivel de ciencia ficción y horror pasa alrededor de ellos y casi no te enteras. Títulos como “Seguridad no garantizada”, “Buscando una amiga para el fin del mundo” e, incluso, “El incidente” de Shyamalan» continúa Martín Ferrera. El director, consciente del universo referencial del autor de la novela —que se apoya mucho en la cultura pop existente—, confiesa que las referencias que aparecen finalmente en la película «Son de Marc. De hecho, en el guion participó Marc, y también hay muchas líneas que no están en su novela y que fueron escritas después por él mismo».
¡Cuidado! ¡Te cogen cuando estás dormido!
Ambientaba en una Barcelona preapocalíptica durante mes de agosto, la película nos cuenta la historia de Victor, un trabajador social en plena depresión tras ser abandonado por su novia, Irene. Sus amigos se empeñan en encontrarle una nueva novia, pero él se resiste a olvidarla, incluso cuando aparece Lola. Cuando Irene le pide ayuda porque la gente a su alrededor se comporta como si hubieran perdido sus recuerdos y emociones, se percata de una oleada de suicidios de ancianos que guardan un punto en común: en todas las casas de los fallecidos se encontraba una extraña planta con olor dulzón. Influenciado por las películas y series que han marcado su vida, Víctor no es capaz de ofrecer una explicación racional a lo que está pasando, pero decide convertirse en el héroe que nunca fue para Irene e ir a rescatarla, liándolo todo aún más cuando sus amigos deciden ayudarle. Aunque El año de la plaga nos toque de cerca por proximidad, pertenece a un club muy amplio de invasiones alienígenas que tratan de suplantarnos pero que no adaptan la seminal novela de Finney como Invaders from Mars (1953) en la que un niño está convencido de que sus padres no son ellos tras ver aterrizar un platillo volante cerca de su casa. Una terrorífica mirada a una invasión silenciosa a través de la infancia. Quatermass 2 (1957) era la segunda aventura en el cine del célebre profesor Quatermass, en la que descubre que una fábrica es la tapadera de un gripo de invasores que suplantan humanos. The Faculty (1998) venía firmada por Robert Rodríguez mezclando El Club de los Cinco con ultracuerpos y The Thing de John Carpenter en plenos años 90 postScream, mientras que la modesta They Look Like People (2015) era también una pequeña producción independiente que juega con la paranoia de un personaje que cree que el mundo está siendo invadido por criaturas que parecen sus amigos.
El recetario de cine de género fantástico con aire indie suele tener un buen aliado en propuestas apocalípticas, ya sean pandemias zombies u otros peligros globales como, en este caso, los hombres vaina. Como si estuviera recreando primer tercio de La invasión de los ultracuerpos de Philip Kauffman, Martín Ferrera capta bien el contraste entre lo cotidiano y lo imposible y en muchas ocasiones las reacciones de sus personajes recuerdan a las situaciones casi absurdas con Donald Sutherland y Jeff Goldblum, apoyándose en un costumbrismo fantastique, bastante bien entendido, que se ayuda en el trabajo de su protagonista. El año de la plaga camina por una fina línea entre la comedia friki y el drama generacional propio de Daniel Sánchez Arévalo, pero a veces el choque con el terror y la comedia espanta las intenciones y, conforme la trama se va haciendo más trepidante, se va diluyendo la intención inicial hasta llegar a un clímax prácticamente autónomo de los conflictos iniciales. Como si se estuvieran adaptando distintos libros en unos cuantos minutos, el conjunto apunta en la dirección correcta, pero le falta calibrar la mirilla.