Japón ha sido cuna de maestros del horror durante siglos, desde Akinari Ueda en la década de 1700 y Ugetsu Monogatari hasta los relatos de Lafcadio Hearn a finales de 1800, pasando por el kaidan de Nobuo Nakagawa hasta la década de 1990, cuando Cure, de Kiyoshi Kurosawa y The Ring de Hideo Nakata aparecieron, generando una nueva vida y homogeneidad en el género que pasó a reconocerse internacionalmente como J-horror. Hace quince años era un estilo popular y una fórmula de taquilla infalible con fantasmas implacables que generaban secuelas, spin-offs e imitaciones producidas en masa tanto en Japón como en Hollywood. Luego con un rendimiento mayormente decreciente y después, llegó un cierto olvido y decadencia que coincide con una crisis en la industria del país. «El presupuesto promedio de la película de acción en vivo japonesa se ha reducido desde la crisis de 2008. Pese a que la economía japonesa se recuperó, la industria cinematográfica ha quedado tocada y es un factor negativo con el que incluso la compañía de cine más grande, Toho, sigue lidiando. Por ello se han minimizado los presupuestos para poder evitar el fracaso total del negocio, pero al mismo tiempo, debido al desarrollo de la tecnología digital, podemos hacer películas mucho más baratas. Esa es la otra cara de la moneda, los directores más jóvenes pueden hacer sus películas basadas en sus propias ideas con un presupuesto mucho menor». Comenta Hideo Nakata a la web «tokyoweekender».
La carrera de Nakata, ejemplifica a la perfección esa misma trayectoria llena de baches. Después de ser aclamado como el rey del subgénero con The Ring y Dark Water, él mismo pasó por Hollywood y al regresar a Japón, ha ido dando bandazos con proyectos irregulares. Y en 2013 dirigió The Complex, una historia asociada a Ringu, protagonizada por el ex líder del grupo de chicas AKB48, Atsuko Maeda que vino acompañada por una serie. Nakata volvió a repetir la operación con Ghost Theatre en 2015, inspirada en Don’t Look Up, su primera película, de1996, y también vino acompañada de una serie, que ahora se estrena. «Hemos estado haciendo películas de terror durante casi veinte años. Quería aportar innovación a la fórmula. En la mayoría de las películas japonesas, los fantasmas se representan como apariciones borrosas. No existen físicamente, pero aún podemos verlos. Como director, pensé que sería difícil mantener mi pasión si tuviera que mostrar los mismos fantasmas una y otra vez. Tuvimos que traer nuevas ideas». Comenta Nakata a la revista online «scifijapan».
Al igual que la película, la serie está protagonizada por un elenco compuesto principalmente por chicas del popular grupo AKB48. Así Yui Yokoyama o Nana Okada, y otras 8 componentes, ídolos de la música J-Pop, lideran un reparto femenino que continúan una tendencia en la obra de Nakata, quien explica la decisión que le lleva a ese tropo en su obra. «¡Todos sabemos lo vulnerables que son los hombres en la vida real! Pero en las películas, parece que los hombres necesitan mucho más que fantasmas para romperse. Creo que las películas de acción confían en esa teoría, y es por eso que usan tanto armamento y explosivos, etc. Pero las mujeres son diferentes. Son de apariencia frágil y protegen a las personas que los rodean, especialmente a sus hijos. En la pantalla, esto las hace mucho más susceptibles a los fantasmas y espíritus, y son muy sensibles al ambiente. Y como cineasta, supongo que me es más fácil identificarme con personajes femeninos».
Un complemento de lujo
Ghost Theatre es una serie de terror de una sola temporada, compuesta por diez episodios, en los que se cuentan diez historias diferentes en las que, normalmente, una mujer joven se encuentra atemorizada por unas fuerzas espectrales o diabólicas que provienen de algún sitio más allá de este mundo. La relacionan como una dimensión desconocida a la japonesa, puesto que no todas las historias son puramente de terror, sino que pueden contener algún aspecto fantástico o juega con la mezcla de géneros. Todas tienen en común buscar la tensión durante los veinticinco minutos que dura cada episodio. Cada uno de ellos está presentado por un personaje de la película, que nos recuerda la conexión, con esta por lo que el orden correcto sería ver primero la serie, que sirve como introducción o acercamiento a la historia de la mujer que obtiene su primer papel en una obra de teatro, en la que la protagonista es una de sus actrices favoritas.
Nakata solo ha dirigido dos episodios, Maiso y Eien. La primera historia, con la que comienza la serie, trata sobre una estudiante borracha que descubre que una compañera tímida esconde más de lo que parece a simple vista cuando va a su casa y escucha algunos ruidos, encontrando algunos secretos turbios que suponen un cambio de registro en el habitual terror sobrenatural de Nakata. En Eien vuelve a su fórmula con el relato de un ama de llaves que comienza a trabajar en una casa ocupada solo por un niño y su abuela, pero, de nuevo, las cosas no son lo que parecen y el secreto que descubre, sobre esa familia de dos, es terrorífico. En el episodio Haikyo, la mujer del vendaje parece una niña pequeña y corre hacia la cámara solo para convertirse en su verdadera forma en el último segundo, sacado de Shock de Mario Bava e imitado en muchas películas recientes. En el resto de episodios hay situaciones muy variadas; una chica en un hospital nota que hay una figura oscura en fotos de otros pacientes, un padre cuya hija se ha obsesionado con un cantante pop muerto, la chica más popular de la escuela mata por accidente a un alumno marginado, fotos que se vuelven virales y llevan al suicidio, una familia que viaja de vacaciones a un lugar donde murieron varios niños, una estrella pop emergente que va a un programa de radio para promocionar su álbum y acaba siendo perseguida por un espíritu de su pasado… En general los episodios son efectivos y visualmente por encima de lo habitual en el formato digital de estos productos., algunos episodios son más potentes que otros, pero el cómputo es más positivo que negativo, algo que en las muchas antologías de terror televisivas que se hacen en Japón no es tan común como parece y, desde luego están muy por encima de lo que ofrece Nakata en Sadako, su último regreso al universo de The Ring.