Kung Fury (2017) review

El proyecto independiente que ha explotado anoche en la red lleva casi dos millones de visitas en Youtube en unas pocas horas. Todo un homenaje a las películas de acción y la estética de los ochenta en versión mediometraje. El proyecto surgió de un Crowfunding a través de la plataforma Kickstarter y fue presentado oficialmente en el pasado festival de Cannes. Hoy, su gloriosa explosión de fosforescencia y absurdo está al alcance de todo el que quiera verlo.
2017
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kung fury (3)

Hace unos siete años Quentin Tarantino y Robert Rodríguez se pegaban una gran hostia en taquilla con lo que era el homenaje al cine de serie B definitivo. Grindhouse era una doble sesión de violencia, acción y homenaje constante al cine de medianoche de los 70 en dos películas que recreaban el cine de John Carpenter, Lucio Fulci, Russ Meyer entre otros iconos de los dos directores. Entre las dos películas había varios trailers falsos de películas aún más locas rodadas por amigos como Eli Roth, Edgar Wrigh o Rob Zombie. Los directores hicieron un concurso abierto en la red y ésta se llenó de otros fan-tráilers falsos a cada cuál más loco. Algunos de ellos llegarían a convertirse en largos como las dementes Machete o Hobo with a Shotgun.

Algo parecido ha pasado con Kung Fury. Siguiendo el patrón de presentar un trailer absurdo, adrenalítico y estéticamente reminiscente al estilo de películas que los fans de Cannon Films podrían comprar, sus productores, Laser Unicorn, pedían a través de Kickstarter apoyo para realizar una versión extendida del bestial resumen que era su promo. La red también se hizo eco, hace unos meses del videoclip de la canción oficial de la película. O sea el señor David Hasselhoff cantando a golpe de mullet el temazo Hair rock “True Survivor” lleno de sintetizadores, épica y niebla iluminada de rosas y violetas.

Pese a que algunos de los más firmes seguidores del proyecto desde sus fans iniciales aseguran que el producto final no está a la altura del tráiler, el fan casual y desprevenido del cine de los ochenta puede sufrir un infarto de emoción al ver este homenaje a una cultura, una forma de entender el cine y el entretenimiento que tan solo puede rememorarse a través de los ojos de quien lo ha vivido intensamente. Cada detalle de Kung Fury, cada instante, rezuma un conocimiento bestial del material sobre el que trabajan. Apenas desperdician un solo segundo para condensar referencias y homenajes a la exageración, esa exageración pasional, que sólo se encuentran en el interior de la caja de plástico de un VHS.

Tódos los tópicos de aquellas Buddy Movies, esas películas de policías cuyos métodos no le gustan a sus jefes que no quieren compañeros de trabajo, se mezclan con el cine de Kung Fu y artes marciales de los ochenta. Pero lejos de plantearse como un revival, todas las escenas de Hostias se plantean como un Arcade viviente, un videojuego de acción real con las limitaciones de movimientos y travelling de Double Dragon o Street Fighter. El argumento da vueltas con la ciencia ficción y los viajes en el tiempo para presentar al Delorean de Regreso al futuro con todos los utensilios de Kit, el coche fantástico, que aquí interpreta el propio… ¡Hasselhoff! Cine postapocalítptico, dinosaurios, Hackers gafapasta con mullet, chicas vikingas con poca ropa e incluso el mismísimo Thor echando una mano.

Todo es deliberadamente cutre, claro, pero las escenas infográficas, la iluminación y uso de cromas está tan bien planteados y ejecutados que cuesta mucho creer que sea un proyecto de fans hecho para fans. Kung Fury es un regalo para todos los que alguna vez hemos disfrutado con la trascendencia de andar por casa de los héroes de los ochenta mezclada con la acción más inverosímil. Es cierto que no surge de la nada. Empezando un poco por los homenajes alegres del propio Tarantino, que ha seguido usando un poco la fórmula en su Django y Malditos Bastardos (de la que Kung Fury aprovecha el uso de Hitler como villano de tebeo). La idea ha pasado de manos y es la generación del Mumblecore/gore la que está recreando ambientes, música de sintetizadores e iluminaciones de neón (Drive, The Guest, Lost River son sólo algunos ejemplos).

Kung Fury es una magnífica muestra de esta nueva ola de homenajes desprejuiciados, cuida tanto el detalle que hay que verla dos veces. Toda su estética, rótulos e incluso un póster a lo Drew Struzan, juegan con la complicidad del espectador y funciona como aglutinador de nostalgia que puede hacer soltar la lagrimilla a los “chicos de la EGB” y fans de este tipo de cine en general. La ola no se para y pronto nos llegará Turbo Kid, otra muestra de referencia loca a las películas postapocalípticas italianas y filipinas post Mad Max. Aunque quizá el mejor homenaje a ese tipo de cine es ver la última entrega de la saga, cuyo arrollador éxito artístico puede que impulse de nuevo el revival loco, como lo hicieran Kill Bill y grindhouse hace unos años.

Curiosidades sobre la película

Dentro de poco tendremos algunas curiosidades

Fotogramas